Las pérdidas de balón condenan a un Portland que muere en la orilla
Los navarros, que lo intentaron hasta el último suspiro, cayeron víctima de sus propios errores y acabaron fulminados en la segunda mitad por el rapidísimo contraataque del Kiel
Portland, que acudía a Alemanía con el objetivo de defender los dos goles de renta consechados en el partido de ida disputado en Iruñea, se despidió ayer de la Liga de Campeones víctima de sus propios errores. Las pérdidas de balón alimentaron la mejor arma del Kiel, el contraataque -los germanos anotaron una docena de goles entre contragolpes de primera y segunda oleada-, y acabaron por decidir una eliminatoria que hasta el minuto 10 de la segunda parte todavía estaba del lado antoniano (25-24).
Pero fue entonces, en los minutos en los que normalmente se deciden esta clase de enfrentamientos, cuando los navarros perdieron el norte y acusaron la osadía de haber decidido jugar a los germanos con sus mismas cartas, dejando de lado la defensa y encomendándose a la efectividad en ataque. Una táctica que a la larga, ya fuera por cansancio o simplemente por ser inferior a su rival en esa faceta, parecía una temeridad. Y lo fue.
Un parcial de 6-1 entre los minutos 40 y 47, con tres goles a la contra y un cuarto en transición rápida, dejó el marcador en un 31-25 que ponía muy cuesta arriba la eliminatoria. Por si fuera poco, Omeyer resurgía en portería y un genial Lövgren tomaba el relevo de Karabatic en ataque.
La eliminatoria se escapaba, ya que, sin señales de vida de un desconocido Vugrinec y un renqueante Kjelling, Ruesga y Balic eran prácticamente los únicos capaces de anotar por parte del Portland -22 goles entre los dos y sólo dos entre el esloveno y el noruego- y la portería vasca seguía sin funcionar.
El intercambio de goles dejó el resultado en un 37-31 a falta de tres minutos y medio. El Kiel se dedicó entonces a congelar el partido y dejó de mirar puerta, algo a lo que no está acostumbrado. Esa circunstancia fue aprovechada por Balic y Dominikovic para acortar distancias, éste último con un gol a diez segundos del final que colocó al Portland a un solo tanto de la clasificación (37-34). Pero ya era demasiado tarde para corregir los errores cometidos, no sólo ayer, sino en el resto de la eliminatoria. Porque Portland se despide de la posibilidad de acceder a la final de la máxima competición continental con la sensación de haber dado demasiada ventaja a su rival. Excesiva, si se tiene en cuenta que los navarros sólo utilizaron su mejor arma, la defensa, en la segunda parte del partido de ida. Y con defender en 30 de los 120 minutos que dura una eliminatoria es imposible ganar a un equipo del potencial del Kiel.
Cuatro goles de ventaja
Y lo de ayer fue una pena, porque los navarros realizaron una gran primera mitad, en la que llegaron a estar hasta cuatro goles por delante (12-16) a once minutos del término de la primera parte. Fueron los mejores minutos del Portland, que atacaba con efectividad y corría el contraataque.
El entrenador del Kiel, Noka Serdarusic, tomó en ese momento la decisión que cambió el partido. Tras un tiempo muerto, ordenó una defensa 5-1 que obstaculizó la capacidad de maniobra de Balic y entorpeció así el ataque estático visitante. El resultado de esa decisión no se hizo esperar, puesto que los teutones endosaron un terrible parcial de 8-2 en apenas diez minutos que les permitió retirarse a vestuarios con ventaja. Portland comenzaba a pagar caro, en forma de contragolpe en contra, sus primeras pérdidas.
Luego llegaría la segunda parte y un segundo parcial germano que acabó por sentenciar.
Aritz SORZABAL | IRUÑEA
Akaba Bera Bera, que eliminó el jueves al Itxako, disputa hoy el partido de semifinales de Copa ante el Elda (19.00, en L'Eliana). Las de Tati Garmendia apelan a la defensa y al contragolpe para eliminar a las alicantinas y plantarse, por segundo año consecutivo, en la final copera.