Ganador en 2002, segundo en 2001, noveno en 2005, 12º y ganador de una etapa el año pasado. A Alberto Martínez se le da bien el Criterium Internacional que comienza mañana. El guipuzcoano, que lleva su preparación más retrasada que años anteriores, se ha autodescartado cara al Tour y su objetivo son las vueltas pequeñas.

En concreto, lleva «entre 2.500 y 3.000 kilómetros menos» que el año pasado. Hasta ahora ha disputado Tour Down Under, Mallorca, Andalucía y Santarem, y ha progresado.

«Tengo miedo, porque he seguido el sistema Freire que ha salido por ahí en algún periódico -bromea-. He entrenado intenso pero pocas horas. Así que me encuentro muy bien en cuatro horas de esfuerzo y no sé lo que puede pasar en 200 kilómetros», explica.

Así que acude a la prueba francesa con «más dudas» que otros años, si bien espera obtener algún buen resultado en breve: «Si no es ahora en Criterium Internacional, espero que sea en el Circuito de Sarthe». París-Camenbert, Tro Bro León, Tour Finisterre y Alcobendas son sus próximas carreras.

El año pasado debutó en el Tour y la experiencia fue mala. «Este año me he autodescartado para el Tour desde el principio», adelanta. Quiere quemar sus «cartuchos» en el Tour de Baviera, que ganó el año pasado, y Tour de Luxemburgo, y le gustaría llegar bien al Campeonato de España contrarreloj.

Agritubel cumple su tercer año en el pelotón y este año no ha destacado demasiado. Quiere ser el ejemplo de la limpieza, tanto que no tienen ni un médico deportivo.

«Quieren ser más papistas que el Papa. Por culpa de eso, creo que el equipo está rindiendo por debajo de lo esperado. Hemos firmado lo del ADN, que en la maleta no puede haber ningún tipo de medicamento, y tenemos un médico que es un dietista y que lo único que nos manda son hierbas», apunta.

A sus 31 años, cumple su décima temporada, las seis primeras en Euskaltel-Euskadi, una en Relax y este año cumple la tercera en el Agritubel. Suma ocho victorias, y ha ganado en los dos últimos años. En cualquier caso, se muestra «saturado». «El año pasado ya me lo planteé, y si tuviera una salida laboral asegurada a final de la temporada yo dejaba la bicicleta. Pero si rindo y me ofrecen algún año más de contrato a final de temporada al nivel de ahora, es de tontos decir que no», concluye.