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Floren Aoiz Escritor

¿En qué lista quiere estar Zapatero?

Cuando una carambola llevó a Rodríguez Zapatero a La Moncloa, nos sorprendió con la salida de las tropas españolas de Irak. Habría que remontarse a los años de la segunda república española para encontrar un antecedente comparable con esta medida: el nuevo presidente del Gobierno apuntaba maneras. Me alegré cuando pasados unos meses leí a Leguina quejarse de que la nueva dirección de su partido marginaba a los que habían protagonizado la transición. Eso podía significar muchas cosas, pero dejar de lado a tan nefastos personajes no me pareció una mala señal. En lo que a Euskal Herria se refiere, Rodríguez Zapatero ha querido jugar la carta de un presidente decidido a lograr la paz y asumir los riesgos necesarios para encontrar una solución aceptable por todas las partes implicadas. Teniendo en cuenta que Aznar había salido expulsado del poder por su obsesión en llevar al límite la estrategia represiva, el nuevo estilo de Zapatero fue recibido con esperanza: por fin aparecía un gobernante español con vocación de firmar acuerdos de paz y no nuevas leyes de excepción.

Por desgracia, la práctica del Gobierno español en los últimos meses ha echado por tierra esas expectativas. El discurso-trampa del precio político aparece como tapadera de un nacionalismo español que se niega a madurar y a aceptar un debate en términos democráticos. Zapatero ha perdido la ocasión de desmantelar el entramado represivo y ha alardeado públicamente de no haber dado ni un solo paso en ese camino. Existía y existe todavía la posibilidad de lograr acuerdos políticos, pero el Gobierno español pretende cerrar la puerta a la existencia legal de la izquierda abertzale, trasmitiendo a la sociedad vasca la idea de que es imposible defender un proyecto nacional vasco por medios pa- cíficos y legales. De confirmarse finalmente esta actitud, Rodríguez Zapatero podría convertirse en uno más en la lista de dirigentes españoles que terminan por abandonar su cargo trasmitiendo al siguiente la carga del mal llamado «conflicto vasco».

¿Qué queda del Zapatero capaz de adoptar decisiones como la salida de Irak? Las recientes iniciativas de la izquierda abertzale demuestran que está dispuesta a asumir sacrificios, pero la pelota está en otros tejados, y Zapatero tendrá que decidir si engrosa la lista de los presidentes fracasados o está dispuesto a liderar una nueva etapa política.

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