Miguel Angel Lotina manifestaba ayer que «había momentos en los que teníamos la sensación de que había demasiada diferencia con los rivales y ahora tenemos más confianza y vemos que competimos y estamos cambiando. Hace un mes estábamos casi muertos, luego pensamos que podíamos salvarnos y ahora estamos convencidos de que nos vamos a salvar. Esa es la confianza que nos da lo que hacemos, el entorno está favorable, todos estamos muy unidos y hemos dejado la duda de si nos salvamos para decir que nos vamos a salvar. Y eso es muy importante. Porque una cosa es decirlo y otra estar convencidos. Hay mucha diferencia».

El técnico de Meñaka era pesimista sobre las posibilidades de contar con Xabi Prieto y Gerardo, que ayer tampoco pudieron entrenarse con normalidad. Hoy, en función de las sensaciones que trasmitan y de su evolución, podría decidir que viajen a Barcelona en una lista de veinte, pero ya prevé que Aranburu o Novo sustituirán al donostiarra y que Aitor jugaría en el lateral derecho si no se recupera Gerardo en el que sería su partido 22.

Lotina quiso dejar claro que la renovación automática por dos años del capitán «es el menor problema para mí. Voy a repetir que prima el tema deportivo y no podemos andar con ninguna duda en ese aspecto. Y que esté Gerardo no significa que no vaya a jugar Rekarte. Está entrenándose bien y, si lo considero oportuno, jugará».

La otra variación en el once llegaría con la entrada de Mikel Alonso en lugar de Díaz de Zerio. Eso es lo que dejó entrever el sábado al hablar de los problemas que veía al jugar con dos delanteros, aunque ayer no era tan rotundo: «Quiero meter más fútbol, pero ahora con estas bajas tengo algún problema y lo quiero pensar. No está nada decidido, es una semana con demasiados problemas...».

Aspectos favorables

Reconoció que a la Real le beneficia la baja de Tamudo porque es un delantero que por su velocidad se le da peor a su defensa que Luis García o Pandiani, que no tienen esa movilidad. También consideró favorable el partido de la UEFA jugado ayer por los espanyolistas y no quiso hablar de ventajas por el buen recibimiento que el sábado dijo esperar por parte de la que fue su afición las dos pasadas temporadas, pero sí quiso trasmitir un mensaje inteligente para ganarse la simpatía de Montjuic.

Preguntado por el último partido de la pasada campaña contra la Real, en el que un gol de Corominas con el tiempo casi cumplido permitió salvar al equipo que entrenaba, Lotina dijo que «los últimos diez minutos fueron el peor momento que he pasado en un campo de fútbol con mucha diferencia. No entendía qué le podía decir si bajábamos a Segunda a una afición que me había tratado tan bien. No me sentía con fuerza de dar la cara y decirles cómo habíamos bajado. Pasé diez minutos malísimos, pero de los clubes en los que he estado sólo me acuerdo de lo positivo. Pasé dos años buenos en Barcelona, en el club y en la ciudad, viví buenos momentos, algunos malos, pero entramos en UEFA y ganamos la Copa, dos cosas grandes, aunque mis sensaciones me decían que tenía que irme. El Espanyol me ofreció la renovación, pero pensé que debía cambiar de aires».

Pero no será la simpatía que pueda tener Montjuic hacia Lotina sino el rendimiento del equipo lo que le dé la victoria. En esa línea, el de Meñaka comentó que «el equipo, fuera de casa, pese a no ganar, se encuentra más tranquilo. Nos pasa a todos. Pero ante el Levante, pese a no jugar muy bien, hicimos muchas cosas buenas y, a partir de ahí, vamos a intentar seguir el camino de Villarreal».