El Centro Internacional del Títere de Tolosa levantará el telón en 2009
A punto de cumplir sus primeros 25 años en la escena, el Festival Internacional de Títeres de Tolosa bien se merecía un regalo de aniversario. Y aunque no disfrutará de él hasta, quizá, 2009, verá cómo en setiembre próximo arrancarán las largamente esperadas obras del futuro Centro Internacional del Títere. El proyecto ya está sobre la mesa, los trabajos serán adjudicados en breve y ya no habrá vuelta atrás. Tolosa será la capital mundial del títere.
Joseba VIVANCO | DONOSTIA
Ya falta menos para que se levante el telón. No será aún hasta verano de 2009, pero si tenemos en cuenta que fue hace 21 años cuando comenzó a fraguarse este cuento de marionetas, esperar dos años para el estreno ni siquiera disgusta a sus impulsores. Hablamos del futuro Centro Internacional del Títere de Tolosa, que es como se perfila que se denomine este lugar de encuentro para los amantes y estudioso del Polichinelas. Y falta menos porque hace sólo unos días se hizo efectivo que las obras de este museo arrancarán en setiembre próximo, después de que todas las administraciones hayan estampado ya su participación.
«Todavía le queda un poquito, pero, bueno, después de esperar tanto, casi nada», reconoce, sin esconder una profunda satisfacción, Idoia Otegi, una de las alma mater de esta aventura teatral, junto a Miguel Arretxe. «Se acaba de presentar el proyecto de ejecución, se está estudiando por parte de los técnicos municipales y de nosotros si responde a lo que se había pedido y si hay que hacer algún cambio. Para finales de abril o primeros de mayo saldrán las bases del concurso de derribo y construcción, y con todos los temas de plazos encima de la mesa, calculamos que para setiembre puedan empezar las obras», detalla el momento actual del proyecto.
Por delante, 24 meses de trabajos en el emplazamiento que hoy ocupa el antiguo Palacio de Justicia en la Plaza de Euskal Herria. Un lavado de cara de sus 36.000 metros cuadrados y cinco plantas previstas.
La idea que planea en el horizonte es que el nuevo museo esté en disposición de acoger el tradicional festival de títeres de Tolosa para dentro de dos años. «Si pudiera ser así, nos quedaríamos satisfechos», admite su impulsora.
Un festival referente a nivel internacional y un centro que quiere serlo también, y es que apenas hay dos en todo el mundo y ninguno, se asegura, como el que se propone en Tolosa. «Va a ser un centro integral con una zona de unos 400 metros cuadrados para una especie más que de museo, preferimos decir exposición permanente, con los distintos tipo de títeres, su historia, las distintas zonas del mundo. Y habrá otra parte dedicada a exposiciones temporales, con los fondos propios de la colección que tenemos y exposiciones que podamos traer de otras zonas del mundo». El objetivo, según precisa Idoia Otegi, es que «la gente no diga aquello de que yo ya he visto el centro de Tolosa y ya no tengo que volver». Quizá por ello la palabra museo para refererirse a este recinto no sea la que más les agrade. «Queremos que sea una cosa más dinámica», apuntilla.
A la zona expositiva se le sumará un lugar de documentación que albergue el preciado patrimonio que en este sentido ha acumulado ya Tolosa. «La idea es que sea un centro de documentación actualizado, en el que estén presentes todos los medios con los que contamos hoy día. Es decir, que pueda estar en red y que un señor de Sevilla que quiera consultar algo no tenga que venir hasta Tolosa, que estemos en red con el Koldo Mitxelena, con los archivos y bibliotecas vascas o del Estado», detalla. Biblioteca, videoteca, archivo de los más del millar de carteles recopilados, información sobre compañías... y para todo tipo de consultas.
En un centro referencia de estas caracerísticas no podía faltar el espacio escénico. El proyecto contempla uno con 250 localidades, un aforo ideal para un espectáculo de títeres, afirma, y cuya particularidad es que dispondrá de un escenario giratorio de manera que pueda dar cabida a otro tipo de espectáculos. «En un municipio como éste, de 18.000 habitantes, no podemos permitirnos el lujo de hipotecar ese espacio sólo para marionetas. Ojalá, pero la idea es que pueda haber desde un montaje de títeres para niños o adultos, hasta una proyección de cine-club o una conferencia», aclara.
Tampoco faltarán los espacios de talleres, como no se echará en falta la presencia de los grupos y compañías dedicados a este tipo de teatro. «Está prevista una sala de premontaje en la que los grupos vascos que, a lo mejor, no tienen un espacio amplio donde ensayar nuevos montajes, puedan ensayar», explica Otegi.
Un centro diferenciado
El Centro Internacional del Títere de Tolosa quiere ser una referencia obligada para estudiosos, pero también para amantes de este teatro sin distinción. «Nos queremos distinguir de otros centros dedicados sólo a investigadores y estudiosos del medio, como en Francia. Queremos dedicarnos al público en general, y no sólo al público infantil. En Tolosa está demostrado con las 24 ediciones del festival que hay un público adulto también, fiel al teatro de títeres. Lo que tenemos muy claro es que queremos dirigirnos al público en general, aunque tengamos que estar abiertos a los profesionales del mundo de la marioneta», explica Idoia Otegi.
«Nosotros creemos -defiende- que es una cosa totalmente novedosa y, desde luego, en Euskal Herria no hay ninguno. En el Estado español, tampoco. Y en Europa, un centro como el que proponemos, tampoco. El único referente, que es en el que nosotros nos hemos fijado, está en Atlanta, en EEUU, y otro parecido en Taipei. Por eso pensamos que no va a tener nada que ver con los museos que ya hay. Queremos que sea un espacio vivo, donde la gente no venga sólo a ver títeres, sino que venga a charlar, a ver la exposición, ver un visionado de un espectáculo del que alguien les ha hablado... Esa es nuestra intención».
Este 2007 se cumplirá la 25 edición del Festival Internacional de Títeres de Tolosa. La pasada atrajo a unas 30.000 personas entre los nueve días de representaciones y la muestra de títeres ibéricos que acogió el Palacio Aranburu.
El pasado 27 de marzo, la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Tolosa rubricaron la firma del convenio por el que el ente foral aporta una quinta parte de los seis millones de euros que costará este proyecto. El Ministerio de Fomento también participa, y Lakua y Kutxa tienen voluntad de hacerlo.
El centro de documentación que albergará el futuro centro internacional cuenta, ya antes de su apertura, con importantes fondos, como 1.600 vídeos de espectáculos de títeres, 1.400 carteles o 5.200 fotografías.
Títeres, marionetas. ¿Hablamos de lo mismo? «Sí, sí. Hay gente que llama marioneta sólo a la de hilo, pero, bueno, en principio son lo mismo», aclara Idoia Otegi, vicepresidenta a su vez del Festival de Marionetas tolosarra. Junto a ellos, los muñecos de sombras y los guiñoles.
Unos personajes cuyos ancestros se remontan al teatro oriental, y que en Europa tienen su punto álgido de difusión con el arte renacentista italiano y los titiriteros ambulantes, los Polichinelas, ese bribón que triunfa siempre sobre sus enemigos.
¿Pero qué momento vive hoy el mundo del títere? «Yo creo que bueno. Desde cuando empezamos con el festival a ahora, el mundo del títere ha evolucionado mucho y, sobre todo, está empezando a ser conocido. Yo recuerdo los primeros años en que casi tenías que arrastrar al público a los espectáculos, y ahora llenas las salas. Estamos en un momento importante y en crecimiento», responde Otegi plenamente convencida.
Sin embargo, para el gran público puede que este mundillo de la marioneta siga siendo un espectáculo menor, perdido entre la vorágine de ofertas de todo tipo y condición. Otegi difiere de esa idea. «Creo que una vez que consigues llegar, no es nada difícil. El problema, como siempre, es poder llegar a presentarlo. Yo creo que al público, en general, cada vez cuesta menos llegar, ya no tiene esa idea del títere pegando con la porra al lobo, del títere de guante, de colorín. Yo creo que la mayoría es consciente de ello. Y respecto a las instituciones, creo que también se llega, y prueba de ello es este centro, aunque sea cierto también que nos ha costado llegar. Pero a todas las instituciones, al ver el proyecto, les ha entusiasmado. Y, dicho esto, también es verdad que tampoco es tan fácil como vender un partido de fútbol o un concierto de los Rolling Stones, pero sí pensamos que cada vez es más accesible y cada vez hay un público más fiel, y una prueba es el festival de Tolosa».
Porque Euskal Herria tampoco tiene detrás una tradición del títere o la marioneta, un personaje tradicional como lo pudieran tener los franceses, los británicos u otros. «No, la tradición titiritera aquí es más reciente, pero ahora está ahí. Desde hace más de veinte años hay un movimiento que va en aumento y es cada vez más reconocido», considera.
J.V.