Hay un concurso en la televisión francesa bastante popular, «Question pour un champion», en el que un lugar, un objeto o un personaje se describe a sí mismo para que los concursantes adivinen de qué o de quién se trata. Estos días circula por correo electrónico una variante sabrosísima de este programa. Ahí la traducción abreviada. Pista: «soy una personaje político francés».

Soy noble, originario de una familia de barones húngaros que colaboró con el régimen nazi durante la segunda guerra mundial y que tuvo que huir de Hungría para evitar ser juzgada tras la liberación. En mi juventud participé en manifestaciones contra estudiantes huelguistas.

Entré en política hace treinta años y he sido ministro varias veces, además de diputado, alcalde y presidente de un Consejo general. Cuando ocurrió la catástrofe de Chernobil, era delegado interministerial sobre la cuestión nuclear y fui yo quien puso en marcha la campaña de desinformación que afirmaba que la nube tóxica se frenó en las fronteras de Francia. Sin embargo, he hecho desaparecer este episodio de la biografía oficial que cuelga en la página internet del ministerio del Interior.

Ministro de economía durante buena parte del gobierno Raffarin, llevé a cabo ampliación del capital de EDF-GDF y me comprometí a que esta empresa jamás sería privatizada. Renegué de este compromiso en 2006 privatizando GDF. Soy, por tanto, un mentiroso. Ministro de Interior desde 2002, he puesto en marcha numerosas leyes liberticidas. Soy directamente responsable del estallido de la revuelta de las banlieues en 2005 a causa de mi política represiva y de mis declaraciones insultantes para con los habitantes de estos barrios. Puse en marcha la ley CESEDA que organiza la inmigración a la carta en beneficio de los capitalistas.

Le conseguí la Legión de Honor a uno de mis amigos, alcalde de extrema derecha condenado varias veces por incitación al odio racial. De hecho, mi consejero político, Patrick Devedjian, es uno de los miembros fundadores de Occidente, antigo grupo de extrema derecha y antisemita.

He hecho mío uno de los eslóganes de Jean-Marie Le Pen, «Francia, o la amas o la dejas », y defiendo sus tesis tanto en lo que concierne a la inmigración como sobre la inseguridad. Incluso me jacto de que el electorado del Frente Nacional será mío.

Soy... soy...