Osasuna ya es uno de los cuatro mejores equipos europeos en la Copa de la UEFA. Con el tercer presupuesto más modesto de la liga estatal española y muy por debajo de las cifras de los otros tres clasificados, los rojillos conquistaron el logro histórico de alcanzar las semifinales de la competición menor del viejo continente y empezar a soñar en eliminar al actual campeón, el Sevilla, como último paso para alcanzar la gran final.

Nadie hubiera sospechado que los de Ziganda iban a llegar tan lejos en este torneo, sobre todo porque se debutó en él con el mal regusto de boca de la eliminación de la previa de Champions. Sin embargo, y pese a los altibajos de la liguilla, la escuadra navarra le ha ido cogiendo el tranquillo.

En cuanto al envite en sí, la calidad brilló por su ausencia. Los unos preocupados por no dar aire al Leverkusen y los otros sin creerse la improbable voltereta acabaron generando un engendro de partido al que no se le veía el final. En cualquier caso, el resultado final corroboró las tendencias: los alemanes continuaron con su pólvora mojada y Osasuna confirmó que ve portería con relativa facilidad.

Y eso que la eliminatoria aún pudo quedar todavía más sentenciada si Soldado -no ha metido ningún gol en competición europea y lleva sin mojar desde que Osasuna jugó en Tarragona- hubiera estado más certero en dos tempranas ocasiones.

Al tercer minuto de juego el valenciano pudo horadar la portería de Adler en una jugada muy bien trenzada, con pase preciso de Valdo. Pero el joven ariete quiso ajustar en exceso su mano a mano con el guardameta teutón -incluso dio la impresión de precipitarse- y, al buscar la escuadra, el balón se marchó bastante arriba.

En la siguiente fue el propio jugador quien se la creó, al desembarazarse del marcaje de Madouni dentro del área alemana, pero el defensa tunecino se rehizo lo suficiente como para incomodar el remate de Soldado que, pese a todo, envió pegado al poste.

Los visitantes, por su parte, trataban de hacerse con el mando del choque, más por la cesión de los rojillos que por el ímpetu de los de Skibbe, pero su dominio no se tradujo en claras ocasiones. Un balón que se le escapó a Ricardo a la salida de un corner y fue mal rematado por Freier, y un empalme esquinado de Gonzalo Castro en el minuto 13, que acabó en las manos del portero osasunista fue lo más destacable.

Del 0-1 al 1-0

Sin embargo, el Leverkusen dispuso de su mejor lance en las botas de Freier, que le buscó bien la espalda a Monreal, se fue en velocidad y remató cruzado (m.41), tocando mínimamente Ricardo para enviar a corner una pelota que, en principio, tenía todos los visos de colarse en la meta local.

Pese a esta parada, el madrileño no estuvo fino en las salidas. De un saque de esquina, con fallo suyo incluido, vino la mejor oportunidad visitante. Callsen-Bracker remató de cabeza y Monreal sacó bajo palos cuando el esférico ya iba dentro.

Todo viró en redondo cuando en otra contra -como ocurrió en la ida- los rojillos volvieron a pillar desguarnecida a la defensa del Leverkusen. La réplica osasunista fue bien conducida por Milosevic, quien combinó con Juanlu y éste hizo lo propio con Soldado, el cual disparó raso y el rechace de Adler fue aprovechado por el lateral andaluz para anotar el 1-0.

Incluso Monreal pudo conseguir el segundo en la jugada siguiente. El defensa de Eskirotz disparó raso y colocado con su pierna mala, pero el balón se fue muy ajustado al poste derecho de Adler.