La ciudadanía ecuatoriana se manifestó con extrema claridad el domingo en las urnas, ya que según indican todos los sondeos, una cifra cercana al 80% dio su aprobación a la propuesta de instaurar una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Carta Magna con bases democráticas para este país latinoamericano y que estará formada por 130 legisladores.

Los datos que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) avanzó a lo largo de la jornada de ayer confirmaban lo ya apuntado por las encuestas. Con el 58,58% de las papeletas escrutadas, el «sí» lograba el 81,51% de los votos, mientras que el «no» se quedaba en el 12,68%.

El rotundo éxito logrado en las urnas supone un triunfo del presidente de Ecuador, Rafael Correa, que atribuyó la victoria al pueblo, ya que, a su juicio, es «una muestra de que quiere un cambio y de que ya no se deja intimidar por los políticos tradicionales».

«El país ha cambiado definitivamente, el miedo quedó atrás, nuevamente esa vieja táctica de las mafias y los mismos de siempre, de llenar de miedo y sembrar incertidumbre, ha fracasado. El pueblo ecuatoriano ya no se deja engañar», destacó Correa.

Oposición de la derecha

El presidente ecuatoriano hacía referencia a la posición de formaciones de derecha como la Unión Demócrata Cristiana (UDC), que habían rechazado contundentemente siquiera la posibilidad de consultar al pueblo si deseaba que se convocase una Asamblea Constituyente, ya que, curiosamente, consideraban que el referéndum iba en contra de la Constitución que se quiere reformar.

Oswaldo Hurtado, presidente de Ecuador entre 1981 y 1984, resumía los argumentos por los que la derecha se oponía a la consulta popular en declaraciones realizadas al diario «El Comercio».

«La consulta se realizó al margen de la Constitución, se expidió un estatuto por decreto, no se hizo conteo rápido y los bienes del Estado se usaron para la campaña del sí hasta el domingo», enumera Hurtado.

En cualquier caso Hurtado y la derecha ecuatoriano han aprendido de la experiencia venezolana y descartan un boicot a las próximos comicios a la Asamblea Constituyente.

Por ello, el mismo día del referéndum, anticipándose a lo que ya se daba por segura victoria de Correa, Hurtado declaraba que la UDC participará en el proceso electoral para la Asamblea Constituyente y no descartaba la posibilidad de presentarse él mismo como candidato.

Defensa del capitalismo

«Sería una contribución para salvar la democracia y la economía de mercado, que no es neoliberalista, puesto que no se pretende eliminar al Estado», explicó Hurtado a pie de urna al diario digital «Ciudadanía Informada».

«La economía de mercado rige en todas las naciones, con excepción de Cuba, Venezuela y Corea del Norte», añadió Hurtado, que ha calificado al presidente de «socialista arcaico y neofascista».

Dejando atrás la derrota en las urnas, otros opositores como el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) del millonario Álvaro Noboa, al que Correa venció en los comicios de noviembre pasado, también se suman a la campaña para la Constituyente.

«Tenemos que ir a la Asamblea para defender este modelo de libre mercado, este modelo competitivo para defender las libertades públicas porque no queremos un Gobierno totalitario, autocrático, que definitivamente destruya a Ecuador y lo lleve a mayor pobreza», dijo la ex diputada del PRIAN Gloria Gallardo.

Cabe destacar que el «modelo competitivo» que defiende Gallardo ha provocado que casi dos millones de ecuatorianos -cerca del 15% de la población- se haya visto obligado a emigrar, fundamentalmente, a EEUU, Estado español, Euskal Herria e Italia.

Mientras, Correa insistió en que el domingo fue «un día histórico» para Ecuador, pero destacaba que «todavía faltan muchas batallas para ganar», por lo que pidió «buscar los mejores hombres y mujeres de la patria para que integren la Asamblea para redactar una nueva Constitución».

Deterioro de los partidos

El profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Adrián Bonilla dijo a Efe que el respaldo popular al presidente es latente, «como consecuencia del grado de deterioro y crisis del sistema de partidos políticos que ha regido en Ecuador hasta estos momentos».

Para Bonilla, el abrumador apoyo a la Asamblea Constituyente es «fundamentalmente un respaldo a un presidente que se ha confrontado con los partidos políticos tradicionales».

No obstante, recordó que varios de los partidos políticos tradicionales han apoyado la Asamblea, como se demostró el domingo al verse en televisión el voto por el «sí» de Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil -la segunda ciudad del país- y líder del Partido Social Cristiano (PSC), actualmente en la oposición.

«Es muy difícil discriminar si se trata de un castigo a los partidos», aclaró al anotar que el rotundo apoyo a la Asamblea es también prueba del «cansancio del pueblo a la forma cómo se ha conducido la política en el país».

A juicio de Bonilla, el «gran triunfo» de Correa ha colocado sobre las espaldas del presidente «el gran reto de determinar cómo administrar ese triunfo».

El experto en temas políticos Víctor Hugo Calahorrano señaló a la agencia española Efe que el resultado del domingo es «la voluntad del pueblo de que esto no puede continuar; tenemos 28 años desde que regresamos a la democracia y los únicos que se han beneficiado son las grandes potencias económicas de este país».

Según Calahorrano, el domingo se vivieron tres victorias en el referéndum: la de Rafael Correa, la del pueblo ecuatoriano y la de la democracia.

Así lo entendió también Lucio Gutiérrez, el ex presidente destituido en abril de 2005, quien vio en la consulta del domingo «un mensaje clarísimo del pueblo ecuatoriano de que quiere cambios profundos y una transformación en todos los organismos del Estado».

Gutiérrez lidera actualmente el partido Sociedad Patriótica, en la oposición, y anunció que se presentará a la Constituyente.