La resistencia maorí a la colonización inglesa
«River Queen»
Es la película que marca el regreso de Vincent Ward al cine neozelandés tras casi diez años de ausencia y un paso por Hollywood tan accidentado como desalentador. Tampoco exenta de problemas, de acuerdo con la esquiva personalidad del cineasta, «River Queen" quiere ser una gran producción épica y un paisajístico drama romántico, a la usanza de David Lean, sobre la defensa que los maoríes hicieron de sus tierras frente a la colonización inglesa.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Es una alegría saber de nuevo de la existencia cinematográfica de Vincent Ward, tras casi diez años alejado de la dirección de largometrajes. Ha ocurrido lo que tenía que ocurrir y Ward ha vuelto a su Nueva Zelanda natal al no encontrar su sitio en Hollywood. El golpe definitivo fue el maltrato que recibió por parte de los productores de «Alien 3», película que escribió y preparó a conciencia pero que finalmente no le permitieron realizar como él quería y de la que fue apartado. Era un proyecto a su altura, una vez que había evidenciado el brillante caudal imaginativo que atesoraba con «Vigil» y «Navigator», las dos películas neozelandesas con las que se dio a conocer fuera de su país.
«Navigator» le valió el triunfo en Sitges, en el año 1988, y sigue siendo una película fantástica de culto, original donde las haya. Su visionario argumento transformaba una expedición de la Europa medieval a las Antípodas del siglo XX en una insólita variante espacio-temporal de los viajes al interior de la tierra. No se ha vuelto a hacer nada igual, pero luego llegarían las decepciones provocadas por proyectos ajenos a su control, como lo fueron «Mapa del sentimiento humano» y «Más allá de los sueños», cuya artificiosidad las hacía poco creíbles.
El regreso neozelandés que ha seguido a ese prolongado ostracismo tampoco ha sido un camino de rosas, debido a la fama de cineasta difícil o problemático que le persigue. A mitad del rodaje de «River Queen» fue despedido y sustituido por el director de fotografía, Alun Bollinger, aunque finalmente pudo llegar a un acuerdo y llegar a terminar su película.
La idea que animó a Vincent Ward para retornar al cine neozelandés fue la de hacer una gran película épica ambientada en los tiempos de la colonización, ya que el pasado de los nativos maoríes y sus luchas por la independencia no han sido muy tratadas en la pantalla. Con un tema histórico así, Ward soñaba con hacer un drama romántico a lo David Lean, a sabiendas de la riqueza y espectacularidad salvaje de aquel paisaje, explotado con éxito y en toda su inmensidad por su compatriota Peter Jackson en «El señor de los anillos».
Los conflictos raciales que se vivieron en la segunda mitad del siglo XIX ponen fondo a la guerra colonial entre ingleses y maoríes, vistos desde la perspectiva de una emigrante irlandesa que se verá atrapada en medio de los violentos enfrentamientos mantenidos por ambos bandos.
Los nativos reclaman a la hija mestiza y se la llevan río arriba, iniciándose una peligrosa búsqueda que durará siete años. La joven raptada está encarnada por Samantha Morton y en el reparto se puede ver a actores maoríes conocidos internacionalmente, como Temuera Morrison, descubierto por las películas de Lee Tamahori a partir de «Guerreros de antaño». Del lado invasor están Kiefer Sutherland o Stephen Rea, que contribuyen a la estelaridad del reparto y a la impresión de estar ante una producción ambiciosa, algo que ya no sorprende tanto de un tiempo a esta parte en el cine que nos llega desde las Antípodas.
Dirección: Vincent Ward.
Guión: Vincent Ward y Toa Fraser.
Intérpretes: Samantha Morton, Kiefer Sutherland, Temuera Morrison,
Stephen Rea, Cliff Curtis, Anton
Lesser, Rawri Pene.
País: Nueva Zelanda, 2005.
Duración: 114 minutos.
Género: Drama épico.