Ocho meses después de comenzar la temporada con el objetivo de cogerle el pulso a una categoría a la que accedía por vía administrativa, el Bruesa Balonmano Ermua se encuentra a un par de peldaños de incluirse en la elite del balonmano femenino del Estado español.

Tras doce horas de autobús, el equipo vizcaino llegó ayer a Málaga donde, desde esta tarde y hasta el domingo, se disputa la primera liguilla de la fase de ascenso a División de Honor. Un premio inesperado -menos, según ha ido avanzando la temporada- pero que, con un poco de fortuna, puede traducirse en recompensas aún mayores.

Para conseguirlo, el entrenador de las ermuarras, Alfredo Rodríguez, destaca que «mentalmente hay que ser muy fuertes -no hay que olvidar que cada equipo disputa tres partidos en menos de 72 horas-, tener una buena preparación y, sobre todo, creer que puedes conseguirlo. El equipo está muy convencido de que puede hacer un buen papel y eso es lo más importante. A partir de ahí, ver si somos capaces de encontrar el camino a través de las armas utilizadas durante todo el año, que han sido, sobre todo, una defensa muy sólida y un contragolpe bastante eficaz», destaca.

El técnico asturiano, además, cree que el Bruesa alcanza esta fase con alguna ventaja respecto a sus rivales, Tahíche, Málaga y Amposta. Por ejemplo, las tres semanas transcurridas desde que concluyó la temporada regular. «Para otros con una plantilla más amplia, probablemente no haya sido tan positivo tener un parón de casi un mes -admite-, pero en nuestro caso sí, porque somos una plantilla corta, hemos tenido una carga de partidos muy alta, ha sido una temporada muy intensa para conseguir este objetivo y era necesario una recuperación funcional de todas las jugadoras antes de iniciar la preparación de esta fase».

No es, en su opinión, la única ventaja de un conjunto que parte como «el equipo menos conocido. Somos debutantes, hemos estado de tapadillo porque no era nuestro objetivo inicial y puede que eso juegue a nuestro favor». Es más, en opinión de Rodríguez, esta es «la fase de ascenso más sencilla que vamos a jugar nunca», al menos en cuanto al aspecto anímico «porque es una fase no esperada, que afrontamos con mucha ilusión y sin ninguna presión. Luego, a nivel físico, técnico y táctico, yo diría que el equipo está en un buen momento, en una línea de juego muy positiva, a nivel físico hemos recuperado perfectamente y, por tanto, creo que estamos en condiciones de ofrecer nuestro máximo nivel».

Anfitrión y favorito

Claro que también hay desventajas. La principal, la falta de experiencia. «Tahíche, Málaga y Amposta son tres equipos con experiencia dilatada en este tipo de situaciones, e inlcuso han pasado por División de Honor», indicó. Esa es una de las razones por las que el Málaga puede partir como favorito, además de por su «condición de anfitrión y por la plantilla amplia y hetereogénea que tiene, con jugadoras con experiencia y otras jóvenes de mucha calidad. Pero eso hay que demostrarlo en la pista y la experiencia me dice que una vez ahí todo se iguala», destacó.

De ahí que Rodríguez no dé demasiada importancia al orden de enfrentamientos y ni siquiera concede especial importancia al resultado del primer partido. «Claro que es importante empezar ganando, por los puntos y por la confianza que puede ganar el equipo al sentir que es competitivo. Pero hay tres partidos, son seis puntos y no hay que pensar que por perder o por ganar el primero ya está todo hecho», subrayó.