artes marciales bajo el pabellón de euskal herria
Cita para la selección vasca de Kenpo Kai en el Mundial en Japón
La lucha por la oficialidad de las selecciones vascas sigue dando pasos, gracias sobre todo al tesón de directivos, entrenadores y deportistas. Es el caso de otro deporte «menor" y prácticamente desconocido: el Kenpo Kai. El combinado de Euskal Herria está reconocido internacionalmente y, como tal, ha sido invitado al próximo Campeonato del Mundo. Será en Japón, entre los días 5 y 7 del próximo mes de agosto.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
La ciudad japonesa de Hamamatsu, en la provincia de Shizuoka, acogerá entre los próximos 5 y 7 de agosto el Campeonato del Mundo de Kenpo Kai -no confundir con el Kempo-, una de las diferentes modalidades de artes marciales. Y hasta allí se desplazará una nutrida expedición de deportistas para competir en representación de Euskal Herria.
Faltan todavía algo más de tres meses para esta importante cita, pero buena parte de los componentes de la selección vasca, junto al representante de Esait Martxel Toledo, compareció ayer en Donostia para dar a conocer su deporte y explicar cuáles son sus objetivos... y también sus problemas.
Gorka Osa, presidente de la Federación de Kenpo Kai, señaló que este deporte viene practicándose en nuestro país desde hace tres décadas, y que en la actualidad cuenta con cerca de 400 adeptos.
Pese a su antigüedad -sus orígenes se remontan a hace cinco siglos-, éste será el segundo Mundial de la especialidad. La selección vasca -que agrupa a deportistas de los cuatro herrialdes de Hego Euskal Herria- cuenta desde noviembre de 2003 con el reconocimiento oficial por parte de la Federación Internacional.
El pasado 6 de febrero, la International Kenpo Kai Organization remitió a Osa una invitación para tomar parte en la cita nipona. Hasta allí se desplazará un grupo de unas 75 personas, entre deportistas, técnicos y acompañantes. De ellas, una treintena tomará parte en el Campeonato, mientras que otras aprovecharán para «examinarse y confirmar su grado» en el país que es la cuna de este deporte.
Martxel Toledo, representante de Euskal Selekzioaren Aldeko Iritzi Taldea (Esait), no ocultó su satisfacción por este nuevo paso en pos de la oficialidad de las selecciones vascas. Ante el esfuerzo de los deportistas y sus familias, reclamó la implicación y el respaldo económico de las instituciones -con mención especial para el Gobierno de Lakua- para paliar en la medida de lo posible los gastos que acarrea una iniciativa de este calado.
Gorka Osa subrayó que «viajar a Japón no es barato, y estar allí tampoco. Así que toda ayuda será bien recibida». La verdad es que, hasta la fecha, las trabas han sido superiores a los apoyos, aunque no hayan faltado honrosas excepciones. No obstante, seguirán tocando puertas de aquí hasta la fecha fijada para la partida, que será el 2 de agosto.
Ni siquiera un chándal
Como dato, apuntar que los componentes del equipo carecen de un mísero chándal igual para todos con el que comparecer conjuntamente. Otro problema es que no se les ha permitido inscribirse como federación deportiva sino como entidad cultural. Su sede principal está en Oiartzun -también es la oficina central de la Federación Europea- y responde al nombre de Japoniar Zentro Kulturala-Centro Cultural Japonés.
La expedición estará comandada por el Shihan -maestro- Juan Mari Vidal, ex campeón del mundo y actual responsable técnico del combinado vasco; además de vicepresidente de la Federación Internacional y presidente de la Europea.
En la comparecencia ante los medios también tomaron la palabra dos de las máximas esperanzas de subir al cajón. El pasaitarra Zuhaitz Astarloa manifestó que acudir Japón, donde se dará cita la elite mundial, supone al mismo tiempo «nervios y satisfacción». Por su parte, la legazpiarra Estitxu Martínez de Albeniz se declaró «orgullosa« de poder acudir y defender el pabellón de Euskal Herria.
Los orígenes
El Kenpo Kai es un arte marcial poco conocido de origen chino pero desarrollado en Japón. Los datos más antiguos encontrados sobre esta escuela se remontan al famoso templo Shaolin y a un monje llamado Chiang, quien por motivos de seguridad -para hacer frente a los ladrones que asolaban a su familia-, enseñó este arte a su hermano, el shaolin Chuanfa, pasando posteriormente de generación en generación entre esta familia con el nombre de Chiang Chuan (boxeo de la familia Chiang).
Esta escuela paso a Japón gracias a un aventurero nipón llamado Tawada Ishizaka, quien era experto en Kashima Shinto Ryu -la escuela que engloba el arte de los samurais- y que entró a trabajar como sirviente en la vivienda de los Chiang.
Allí le enseñaron su particular estilo. Tras dos décadas de estancia en China, Ishizaka regresó a su país de origen, donde transmitió sus conocimientos a sus descendientes bajo el nombre de Ishizaka Ha Kenpo.
En 1967, dos miembros de la familia Ishizaka -Kazuo y su sobrino Sotoki- viajaron a la ciudad china de Shangai y contactaron con miembros de la fa- milia Chiang, recuperando técnicas y formas perdidas y pasando a denominar a esta escuela Kenpo Kai (reunión de los métodos del puño).
La llegada a Euskal Herria
A partir del año 1972, el maestro Sotoki, que es antropólogo, empieza a realizar trabajos de campo, lo que le obliga a viajar a diferentes países. En 1975 recala en Gipuzkoa, donde alquila una habitación en casa de una familia con el objetivo de perfeccionar su conocimiento del idioma español y proseguir con sus investigaciones. Aprovechando su estancia en Euskal Herria comienza a dar clases de Kenpo Kai, siendo su alumno más destacado Juan Mari Vidal.
La semilla estaba sembrada. Tras seis meses de estancia, Sotoki Ishizaka continúa con sus viajes por el mundo, regresando a nuestro país regularmente hasta 1982. Cinco años más tarde, muere en accidente de tráfico. En 1990, la ciudad japonesa de Tokio fue el lugar elegido para el primer Campeonato del Mundo, enfrentándose en las finales el estadounidense Mike Robertson y el vasco Juan Mari Vidal, que finalizó con la victoria de este último.
En 2000, de la mano del maestro Ohashi, se desarrolló un nuevo reglamento de competición y se realizó una preparación concienzuda de árbitros y jueces, dando como resultado el Campeonato del Mundo del 2004 y quedando establecida la realización de mundiales cada tres años. Los participantes compiten en dos modalidades: kata -figuras- y lucha.
Los niveles del «kenhai»
Al igual que en otros artes marciales, el aprendizaje del Kenpo Kai se divide en etapas y el nivel del kenhai -alumno- se distingue por el color de su cinturón. La persona que se inicia recibe el título de «principiante» y su labor es «observar, imitar y ganarse la confianza del Maestro por su entreno y constancia». En un año, más o menos, se obtiene el cinturón naranja de «discípulo».
Posteriormente se llega a ser «hermano menor» -con un grado mínimo de cinturón verde- y «hermano mayor» -mínimo cinturón azul y sólo hasta marrón-. Así hasta llegar a ser un «experto», que es la persona que pasa el examen de cinturón negro. No obstante, resta mucho camino por recorrer hasta los grados de «instructor», «maestro» y «gran maestro».
Se considera «gran maestro» a quien ha logrado preparar maestros y lleva por lo menos 25 años dentro del Kenpo Kai, así como a los que lleven menos tiempo pero que por su edad o por su gran conocimiento lo merezcan y les sean reconocidos por la Federación Internacional.
Martxel Toledo (Esait) emplazó a las instituciones vascas a ofrecer su apoyo económico para estos deportistas que representarán a nuestro país en la cita internacional más importante.
Gorka Osa, presidente de la Federación, recordó que «viajar a Japón no es barato, y estar allí tampoco». Por ello, aseguró que toda la ayuda que reciban será bienvenida.
La Wushu-Kung fu Federakundea -otra cuyo reconocimiento institucional es casi nulo- ha regresado de Taiwán con dos medallas de bronce conseguidas en el X Campeonato Mundial de Kuoshu (una modalidad del Wushu) por Ibon Martínez de Agirre (Gasteiz) y Xabier Lertxundi (Otxandio), a las que cabe sumar un cuarto puesto logrado por el también gasteiztarra Francisco Javier González.
En este torneo se rindió homenaje a las personas que más tiempo llevan trabajando por la difusión del Wushu en el mundo y en esta ocasión fue entregada la insignia de oro al presidente de la Wushu-Kung
fu Federakundea, Patxi Marta, por sus 30 años de lucha por el reconocimiento y difusión de esta disciplina de las artes marciales no solamente en Euskal Herria sino en toda Europa. En este acto estuvieron presentes los responsables de más de 35 federaciones internacionales, entre ellas la francesa y la española. La próxima cita será el Campeonato de Euskal Herria de Taichi Chuan en Bermeo el mes de mayo, una expedición vasca al Monasterio de Wudang en agosto y el Campeonato Mundial de Taichi Chuan y Shuai Jiao que se celebrarán en Gasteiz el mes de octubre.
GARA