Jabier López de Robles y Mila Elorza Lazpiur Miembros de AHT Gelditu! Elkarlana
¡Parad el TAV ahora!
Asistimos a una oposición creciente a este destructivo proyecto, tal y como ponen de manifiesto las múltiples movilizaciones e iniciativas desarrolladas en los pueblos y comarcas afectadas
Con el comienzo de las obras de la «Y vasca», la apuesta ciega del Gobierno de Navarra por el TAV y el relanzamiento del proyecto de construir una nueva línea de alta velocidad para el TGV en Lapurdi, tanto el Estado español como el francés y los gobiernos de Gasteiz e Iruñea han optado por la imposición de un proyecto ampliamente contestado debido a las gravísimas repercusiones que ocasionaría sobre nuestro entorno social y medioambiental.
Cuanto mayor relevancia pueda tener una decisión, más necesario se hace un debate social en profundidad que sopese dicha decisión. Por este motivo, es preciso responder a la voluntad de los distintos gobiernos y sus adláteres para imponer el TAV. Imponer, sí, palabra gruesa pero clara, contundente que muestra la realidad de forma evidente, fuera de discursos grandilocuentes de respeto, diálogo y democracia.
Imponer significa colocarlo por encima de lo que una sociedad consciente pueda valorar y decidir. Imponer significa cargar a esta sociedad con el proyecto más caro de la historia, con enormes impactos sobre nuestra tierra, nuestra forma de vida, nuestra sociedad, nuestro medio ambiente, nuestro consumo energético, nuestra cultura, nuestro modo de comunicarnos.
Imponer es no informar de un proyecto trascendental (para lo bueno o para lo malo) que afectaría a esta sociedad, estratégico, clave para el futuro de nuestra comunidad y el de las futuras generaciones. Imponer significa ocultar los expedientes que deben estar expuestos para la información pública en el plazo legal y no se encuentran y se desconocen en la Administración que según el Boletín oficial ofrece información y documentación. Imponer significa negar la legitimidad de las consultas populares que se han desarrollado en los últimos meses, hipotecar su futuro sin respetar su parecer y su capacidad de defender a los pueblos y valles.
Imponer significa no debatir, negar la capacidad y el tiempo al debate, aduciendo que éste ya ha transcurrido y que ahora es tiempo de ejecutar las obras; o que el ámbito competente para tal debate son en exclusiva las instituciones. Imponer significa querer hacer obras de forma subrepticia, oculta, avergonzados, aprovechando terrenos expropiados para otro fin. Sabemos el por qué de estos miedos .Y también conocíamos que la información creaba conciencias, abría ojos, generaba interés, y el estudio sociológico al respecto nos dice que a mayor información aumenta la opinión contraria al proyecto del TAV. Por eso temen tanto la información veraz, el debate, la claridad, la luz y taquígrafos y las movilizaciones.
Sin duda, asistimos a una oposición creciente a este destructivo proyecto, tal y como ponen de manifiesto las múltiples movilizaciones e iniciativas desarrolladas en los pueblos y comarcas afectadas. La decisión del Gobierno francés de construir una nueva línea de Alta Velocidad para el TGV en Lapurdi también está suscitando una fuerte contestación en Ipar Euskal Herria. Sin embargo, la situación actual y las decisiones adoptadas últimamente son una muestra evidente de la imposición y arbitrariedades que se están dando para sacar adelante el proyecto. De hecho, todo hace presagiar que sus promotores se disponen a dar una nueva vuelta en la imposición del TAV tras las elecciones del próximo mes de mayo. Así, denunciamos las sucesivas adjudicaciones de obras realizadas por el Ministerio de Fomento entre Gasteiz-Arrasate y en Durangaldea por más de 400 millones de euros, a la vez que ha fijado estos dos días 25 y 26 de abril para el levantamiento de actas previas a la ocupación de los terrenos afectados entre Arrazua- Ubarrundia y Legutiano, sin haber siquiera contestado a las alegaciones planteadas por los concejos y vecinos afectados hace ahora un año.
Por ello hacemos un llamamiento a todos los movimientos sociales, sindicales y políticos así como a todas las personas para que demandemos un debate social en profundidad sobre el TAV, así como en torno al modelo de transporte, de ordenación territorial y de sociedad que subyace al mismo.
Creemos que es preciso pasar a la ofensiva y multiplicar esfuerzos en la lucha por la paralización del TAV y por devolver la capacidad de decisión a la colec- tividad y acometer un amplio debate y un profundo cambio del modelo de transportes y de sociedad que se está imponiendo desde las instituciones, para que de la cúspide de los elegidos, se devuelva la voz y la decisión a una sociedad silenciada, obviada y ninguneada en el debate.
Es posible, además de necesario, y estamos a tiempo.
Con este objetivo, llamamos a toda la sociedad vasca a unirse el sábado a la manifestación nacional por la paralización del TAV, bajo el lema «¡PARAD EL TAV AHORA!», donde será preciso reunir una marea humana que paso a paso deje clara la demanda de debate social, para manifestar el firme rechazo social a la imposición del TAV y para exigir al Gobierno Vasco y al Ministerio de Fomento que detengan este proyecto anti-ecológico y anti-social tan contestado en la sociedad vasca. Con el compromiso de todos y todas, demostraremos que en Euskal Herria hay energías suficientes para hacer frente a este destructivo proyecto.