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El ex jefe de la CIA reconoce que se invadió Irak «sin un debate serio"

George Tenet, máximo responsable de la CIA en el momento en el que la Administración de George Bush decidió invadir Irak, destaca en un libro que esta decisión se tomó sin estudiar la verdadera necesidad de tal medida ni contemplar alternativas. Tenet, además, acusa al vicepresidente Dick Cheney de emplear una frase suya sacada fuera de contexto para justificar la decisión de atacar militarmente a Saddam Hussein.

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El ex director de la CIA George Tenet afirma en un nuevo libro que la Administración de George Bush decidió invadir Irak sin estudiar la verdadera necesidad de tal medida ni contemplar alternativas, según informó ayer «The New York Times».

«Nunca hubo ningún debate serio que yo sepa, dentro de la Administración, sobre la inminencia de la amenaza iraquí y tampoco hubo discusión significativa» sobre la posibilidad de evitar una invasión, escribe Tenet en sus memorias.

En el libro, titulado «At the center of the storm (En el centro de la tormenta)», Tenet se queja de que, cuando la situación en Irak empeoró tras la invasión y la guerra se hizo cada vez más impopular, la Administración le convirtió a él en «el chivo expiatorio».

El ex director de la CIA recuerda con amargura cómo el vicepresidente Dick Cheney, en una entrevista televisada en setiembre pasado, aludió en dos ocasiones a un comentario de Tenet, antes de la invasión, sobre las supuestas armas de destrucción masiva en Irak.

Cheney recordó que, en una reunión en la Casa Blanca, en diciembre de 2002, Tenet utilizó la frase «un mate de baloncesto» en conexión con la presencia de armas de destrucción masiva en Irak y el vicepresidente dejó entrever que esta calificación les convenció para invadir Irak.

Tenet sostiene que la frase ha sido sacada de contexto y se refería en realidad a lo fácil que sería convencer a la sociedad estadounidense de la necesidad de invadir Irak y de derrocar a Saddam Hussein.

Sobre la entrevista televisiva de Cheney, Tenet escribe: «me acuerdo que la veía y que pensaba `como si necesitaras que yo dijera mate de baloncesto para convencerte a entrar en guerra con Irak».

Tenet reconoce que se equivocó al asegurar en 2002 que el presidente iraquí contaba con armas de destrucción masiva, pero afirma haber acertado al negar que fuera tan claro que existieran vínculos entre Irak y Al Qaeda, como pretendían algunos altos cargos de la Administración del presidente George Bush.

Tenet dimitió como director de la CIA en junio de 2004, en medio de tensiones con Cheney, el entonces «número dos» de éste, Paul Wolfowitz, y con la entonces asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.

Además de las críticas de Tenet, el teniente coronel Paul Yingling afirmó que EEUU se enfrenta a una derrota en Irak, al tiempo que acusó a los generales de no haber conseguido una buena preparación de las tropas contra la insurgencia y de engañar al Congreso sobre la verdadera situación en el país árabe.

«Por razones que no están claras, los generales americanos infravaloraron la fuerza del enemigo, sobreestimando al Gobierno iraquí y a las fuerzas de seguridad, y han fracasado en la información que dan al Congreso sobre las condiciones de seguridad en Irak», destacó.

Procesan a tres militares de EEUU por el «asesinato" de Couso

El juez de la Audiencia Nacional española Santiago Pedraz procesó ayer a tres miembros del Ejército de EEUU, entre ellos un teniente coronel, por un delito «contra la comunidad internacional» y otro de «asesinato con el agravante de alevosía» que habrían cometido el 8 de abril de 2003 al atacar el hotel Palestina de Bagdad matando al cámara de Telecinco José Couso y al reportero de Reuters Taras Protrsyuk.

En su auto, el juez declara procesados al sargento Thomas Gibson, responsable del tanque que disparó al hotel Palestina; y a dos de sus superiores, el capitán Philip Wolford y el teniente coronel Philip de Camp.

Santiago Pedraz advierte de que podrían ser condenados por «asesinato» y por el delito previsto en el artículo 611.1 del Código Penal español, que castiga con penas de diez a quince años a quienes «con ocasión de un conflicto armado realicen u ordenen realizar ataques indiscriminados o excesivos o hagan objeto a la población civil de ataques, represalias o amenazas de violencia cuya finalidad sea aterrorizarla» y destaca que hay indicios suficientes para proceder contra los tres militares de EEUU.

Javier Couso, hermano del cámara, mostró ayer su alegría por la decisión del juez, pero añadió que cree que el Gobierno de EEUU «intentará proteger a los asesinos y poner zancadillas a la aplicación del derecho internacional».

En este sentido, destacó que el auto de Pedraz «debe ser entendido por los gobiernos europeos como un toque de atención de los jueces en defensa de los derechos humanos». GARA

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