El italiano Alberto Loddo (Serrementi-Selle Italia) se convirtió ayer en el primer líder de la Vuelta a La Rioja, al ser el más rápido en el esprint con el que se resolvió la primera etapa, con un trazado de 150 kilómetros entre Lardero y Calahorra.

Lo cierto es que, pese a la victoria y el consiguiente maillot de líder, a Loddo le tocó compartir el protagonismo de la jornada con otro hombre, Pablo de Pedro, que se metió entre pecho y espalda más de cien kilómetros en soliario y fue cazado por el pelotón cuando ya vislumbraba la meta.

Tras los primeros y tempraneros intentos, a cargo de corredores como Pablo Urtasun o Vladimir Karpets, fue finalmente la arrancada de De Pedro, en el kilómetro 34, la que cuajó. El pelotón dejó hacer, lo que permitió que el corredor del Grupo Nicolás Mateos rondase los doce minutos de ventaja en el kilómetro 67.

Pero ahí se acabó su crédito. Los equipos con esprinters pusieron la máquina en marcha y acabaron cazando, primero a Steven Cozza, que había saltado poco después de De Pedro para quedar en tierra de nadie, y finalmente también al propio De Pedro, a sólo cinco kilómetros de la línea de meta.

El liderato en la general de las metas volantes fue su único consuelo, porque el resto de los honores se los repartieron los más rápidos en la recta de llegada. Es decir, Alberto Loddo, Cándido Barbosa y Alexei Markovs.

Hoy se disputa la jornada que, sobre el papel, debe decidir la general final de esta Vuelta a La Rioja. Esta segunda etapa presenta un recorrido de 168 kilómetros, con salida y meta en Casalarreina y paso por los altos de La Pradilla (2ª), Herrera (1ª) y Rivas del Teso (2ª).