Pese a la multitudinaria manifestación del jueves en la plaza Rabin de Tel Aviv, que reunió a más de 120.000 personas, y las constantes críticas, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, reiteró que no piensa dejar su cargo, tal y como se lo han exigido tras la publicación de las conclusiones provisionales de la Comisión Winograd que responsabilizó tanto a Olmert como al ministro de Defensa, Amir Peretz, de cometer «graves errores» en la guerra contra Líbano. De hecho, en la movilización de anteayer también reclamaron la dimisión de Peretz.

Sólo ciudadanos, artistas y académicos tomaron la palabra durante la manifestación ya que los organizadores decidieron que los políticos no subieran al estrado para así atraer a una mayor cantidad de población.

Ayer, el asesor de Olmert Tal Zilberstein restó importancia a la protesta y dijo que no hará que el primer ministro someta a debate su dimisión.

No obstante, la gran afluencia de manifestantes pone en evidencia el malestar existente entre la ciudadanía israelí por la gestión de Olmert al frente de la jefatura del Gobierno.

En este clima, el lunes el Parlamento (Knesset) volverá a reunirse. Un portavoz, citado por el rotativo «Haaretz» aseguró que, como mínimo, se presentarán cuatro mociones de censura contra el primer ministro. Mientras que partidos como Meretz y árabes han expresado su apoyo a la dimisión del Olmert, otros como Beiteinu, Shas o el Partido de los Pensionistas Gil se han posicionado a su favor.

El líder de Likud y ex primer ministro Benjamin Netanyahu se sumó por primera vez a las voces que piden la destitución. En el debate parlamentario del jueves pidió indirectamente la celebración de elecciones anticipadas al abogar por volver a consultar al pueblo «porque no hay un liderazgo responsable y sensato». «Ha quedado claro que quienes han fracasado en la guerra no pueden ser aquellos que corrijan los errores», declaró. Para Netanyahu, «con un líder sin visión todo organismo marcha hacia su destrucción y, en este caso, el organismo es el Estado de Israel».

Pero las críticas no sólo le llueven por parte de la oposición. Hasta la fecha, tres miembros de Kadima, entre ellos, la ministra Tzipi Livni, han pedido de forma pública la dimisión de Ehud Olmert.