Se escribe, se pontifica, se dice que las cadenas de televisión forman un todo y que las series, los programas, funcionan mejor en una cadena que en otra. Estas teorías se basan en una convicción casi fanática que entiende que la audiencia es fiel a un modelo televisivo definido. Que existe un tipo de telespectador de ETB, Tele 5 o La Sexta, por citar variado. No les falta razón a quienes sostienen esta visión cerrada de la audiencia, pero la libre disposición de los recursos programáticos que te ofrece el mando a distancia en cada situación es la práctica habitual de los consumidores televisivos y son leves los síntomas de perseverancia en una señal de manera total. Estas teorías, hasta ahora, se basaban siempre en los noticiarios, lugar en donde puede existir algo de afinidad política. Pero ahora se quiere extender a una idea más global de la programación como una parte de las formas de enganche.

Se dice que tal serie en tal cadena funcionaría mejor. Y eso no se puede demostrar de manera empírica porque generalmente no hay nada más que una concatenación de circunstancias que no responden a ordenamiento razonable alguno. Por ejemplo, están ofreciendo por La 2 «Mujeres desesperadas» y su cuota de audiencia es inferior a la que conseguía en la primera estatal, pero es superior a la media de la propia cadena. Quiere decir que existen unos seguidores de esta serie que no son todos fieles de La 2, pero que van a verla allá dónde se encuentre. ¿O es que «House» es una serie específica para Cuatro?

Lo cierto es que hay cadenas que venden bien sus programas y otras que por inercia, desidia o desilusión rellenan parrillas, colocan programas y después los dejan que se defiendan solos. Hay cadenas pesadas, que te machacan con sus programaciones y otras que esconden la suya. La confianza promocional hace que algunos prueben, pero después, es la serie, el concurso o el programa quien se defiende solo. Y las cadenas, claro, tienen una idea central, una definición que se expresa en su programación, generalista por más señas, pero que en diversos fragmentos horarios se dedican a buscar al mismo prototipo de consumidor. Los teóricos de la estabulación.