Y en tiempos más recientes, pianistas como Jacques Loussier o Uri Caine han engarzado la música de Bach, Mozart o Mahler, entre otros compositores clásicos, con los ritmos y cadencias jazzísticos.

En esta línea, los Botxo Boogies, un cuarteto de veteranos músicos bilbainos, recibieron el encargo por parte del Ayuntamiento de Bilbo de interpretar la música de Juan Crisóstomo de Arriaga en clave de jazz para conmemorar el Año Europeo de la Música. Encargo plasmado en un reciente disco cuyo contenido oímos en su integridad durante la primera parte del concierto que ofrecieron en el club. Pudimos escuchar fragmentos musicales de Arriaga a ritmo de bolero, de balada, con cadencias del jazz de New Orleans o enmarcados en un potente contexto jazz funk. Aunque por momentos los resultados fueran atractivos, creemos que este experimento de hibridación musical adoleció, en diversos pasajes, de excesiva fidelidad al original clásico. Echamos de menos un mayor vuelo improvisatorio, una deconstrucción más profunda de los temas de Arriaga; en definitiva, una transformación más audaz del material de partida.

La segunda parte del concierto remitió al repertorio habitual del cuarteto (clásicos del rhytm and blues, y de lo que se ha dado en llamar swing boogie) sobre el que, por conmiseración, preferimos correr un tupido velo.