Los jóvenes en huelga en Iruñea se encadenan en la Casa de la Juventud
La huelga de hambre iniciada por diez personas el sábado pasado para denunciar la actitud del Ayuntamiento respecto a las iniciativas populares sigue adelante y se están llevando a cabo distintas actividades. Ayer se trasladaron a la Casa de la Juventud por ser el espacio que destina el Ayuntamiento a los jóvenes y, ante la amenaza de que los desalojaran, se encadenaron al edificio. Dos horas más tarden la Policía Municipal y la española acabaron con esta protesta.
Jasone MITXELTORENA |
Un grupo de jóvenes de Iruñerria inició el sábado pasado una huelga de hambre para mostrar su rechazo a los ataques que, desde el Gobierno municipal, se dan contra cualquier iniciativa popular. Ayer, cuando llevaban el tercer día sin comer, se trasladaron a la Casa de la Juventud para seguir con las actividades programadas dentro de la protesta. Ante la amenaza de ser desalojados, decidieron encadenarse al edificio: tres de los huelguistas se encaramaron a lo alto del mismo y otros dos se amarraron a la puerta. Al tiempo que protestaban contra la política de Yolanda Barcina reivindicaban espacios libres como los gaztetxes y la libertad de Xabier Errea, joven encarcelado en relación con Euskal Jai.
Desde la Casa de la Juventud dieron el aviso al Ayuntamiento, y Simón Santamaría, jefe de la Policía Municipal, no tardó en presentarse en el lugar vestido de paisano. Tras asegurarle al encargado del centro que «para las 14.00 esto está solucionado», se marchó del lugar. Empezaron a llegar dotaciones de la Policía Foral. Poco después volvió Santamaría, y se acercó a los jóvenes congregados en la puerta en un tono distendido: «Estáis en todas partes... Será mejor que no tenséis la cuerda». Se paseó delante del grupo hasta que se detuvo delante de Ian Tabar, uno de los huelguistas y pendiente de una petición de pena de cárcel: «Pendes de un hilo, a ver si vas a ir a fumar cigarrillos con Errea...».
Su actitud, con todo, sorprendió a los allí reunidos, acostumbrados a que sus acciones son contestadas con identificaciones, multas o cargas.
Después llegaron los efectivos de la Policía Municipal y española y procedieron a romper las cadenas para desalojar a los huelguistas. Al mismo tiempo quitaron las pancartas a favor del gaztetxe, la libertad de Errea y la ocupación. Pero los encadenados, que una vez identificados quedaron libres, se mostraron sorprendidos por la actitud de los agentes y concluyeron que «UPN disimula su fascismo por miedo a perder las elecciones». Después, como cada lunes, se concentraron en la calle Mercaderes para pedir la libertad de Xabier Errea.
Esta iniciativa, presentada como «Iruñerria piztera goaz» («Vamos a activar Iruñerria»), reivindica una ciudad en la que tengan cabida espacios «libres y autogestionados». Exigen el respeto a las personas que trabajan en ello, y reclaman la derogación de la llamada Ordenanza del Civismo, una herramienta para impedir o sancionar cualquier tipo de actuación llevada a cabo en la calle, por ejemplo pegar carteles. Anunciaron que seguirán protestando mientras los ataques y la represión contra ellos no cese. También hicieron un llamamiento a la sociedad para que se sume a la campaña. Desde el inicio de la protesta se han llevado a cabo varios actos, en los que ha habido encontronazos con los agentes municipales. Según explicó una joven, «se presentan en el lugar donde estamos para identificarnos y quitarnos las pancartas, pero las cosas no han ido a más».
Insisten en sorprenderse de la actitud de los agentes de la Policía Municipal. «Se nota que están de campaña electoral», se dijo al finalizar la protesta de ayer en la Casa de la Juventud porque esta vez no hubo golpes ni detenciones en el momento del desalojo. Esa afirmación fue respondida por una aclamación jocosa: «¡Queremos elecciones durante todo el año!», a la que se sumaron los allí reunidos entre risas.
Los huelguistas se mostraron con fuerza y buen humor, y convencidos de su reivindicación como se pudo observar en el intercambio de opiniones con la Policía Municipal. Cabe destacar que la gente que pasaba por allí les mostró su apoyo en varias ocasiones.
