GARA > Idatzia > Gaurkoa

Eduardo Renobales Historiador

La interminable historia de Euskal Herria

Cuando se proclama la dictadura de Primo de Rivera, la intención del general golpista es la regeneración y salvación de un Estado sumido en la crisis más profunda debido a las insuficiencias democráticas endémicas, la corrupción, la nefasta gestión administrativa e institucional y la sangría que suponía la guerra colonial en Marruecos. Pero también el temor que representaba la fortaleza cada día más acusada de las nacionalidades históricas periféricas (especialmente Catalunya y Euskal Herria) que dos días antes habían sellado en Barcelona la Triple Alianza, un documento que pretendía coordinar la acción política de Galicia, Euzkadi y Catalunya frente al Estado central y que puede ser considerada un antecedente de Galeuzca.

De los siete firmantes vascos del documento, cuatro serán fundadores de ANV, un hecho que no puede ser meramente casual.

La dictadura de Primo de Rivera supone un freno absoluto en el camino de la construcción nacional que parte del movimiento nacionalista insiste en intentar afianzar. Dividido en dos corrientes separadas desde 1921 (Comunión y Aberri), precisamente a causa de las formas y métodos de actuación frente a España, su situación legal no puede dejar de ser analizado con renovado interés.

Comunión se pliega a los dictados del Gobierno golpista, autocensura su periódico «Euzkadi» y la actividad política diaria, dedicándose al folklorismo culturalista (en castellano, pues el euskera se considera elemento antiespañol). En los siete años de dictadura, Comunión se debilita y degrada tanto que muchos de sus centros se cierran por inactividad y falta de compromiso militante. Irónicamente tendrá que acudir en su ayuda otro futuro fundador de ANV, Anacleto de Ortueta y su equipo: J. I. Arana, Ulibarri, Basterra, Meabe...) para salvar de la bancarrota al «Euzkadi» y devolver el equilibrio económico a Comunión.

Por el contrario, Aberri será la pagana de la anómala situación. Su diario, de igual nombre, es clausurado de inmediato. Intentan suplirlo con otro nuevo («Diario Vasco») que es cerrado a los pocos días por orden gubernativa (¿se creían que no nos íbamos a atrever? seguramente se preguntaría Primo de Rivera).

Aberri, que surgida apenas dos años antes había desarrollado un movimiento social sin precedentes (con sistemas político-sociales importados del republicanismo irlandés) creando asociaciones de emakumes, gaztetxus, mendigoxales... es perseguida con saña por la dictadura. Se cierran sus sedes, se persigue y encarcela a sus dirigentes más carismáticos, se incautan bienes, activos, propaganda... El caso más paradigmático en lo referente a la represión lo padece Eli Gallastegi, que se exilia en 1925 para huir de seis delitos (sedición, traición a la patria, asociación ilegal...) que le iban a acarrear doce años de cárcel.

De esta forma, tenemos un nacionalismo colaborador y tolerante con la dictadura representado por Comunión y otro refractario, Aberri. En el seno de ambos se inició un movimiento de enorme calado político liderado por abertzales que pensaban que la ideología creada por Arana había sufrido una seria crisis de envejecimiento, no sólo debido al inevitable paso del tiempo, sino por la dinámica generada desde 1923, que había supuesto un anquilosamiento total del pensamiento patriota, por lo que era preciso superar esta fase inactiva bajo parámetros diferentes a los utilizados hasta entonces. Así, pretenden que la renovación ideológica trastoque todo lo que significaba JEL (Jaungoikoa ta lege zaharrak) para proclamar como necesaria la asunción del derecho de autodeterminación de los pueblos, suscrito en 1918 y que un congreso de naciones minorizadas retoma en Ginebra (1929). Tampoco es casual que allí esté presente, defendiendo la causa de Euskal Herria, otro futuro promotor de ANV, el gasteiztarra Odón Apraiz Buesa.

El pago de la dirección de Comunión a los reformadores que habían salvado de la bancarrota al «Euzkadi» es darles la patada en cuanto logran la mayoría del control de las acciones de la editora del periódico. Para ello utilizan métodos tan democráticos como robárselas a su depositario a punta de pistola.

Desde Comunión convencen a la mayoría de Aberri para lograr una reunificación estructural de cara a los cambios que se prevén tras la caída de Primo de Rivera. Todo les resulta más fácil debido a la lejanía del máximo líder aberriano, Gallastegi, aún exiliado en México. Y a que la corriente renovadora discrepante de ambas formaciones decide no entrar en el nuevo proyecto posibilista del nacionalismo (que retomará el nombre de PNV por su significado simbólico y propagandístico) para fundar uno propio que surgirá el 30/11/1930 con el Manifiesto de San Andrés: EAE-ANV.

Desde 1931 EAE-ANV ha formado coalición electoral con el PSOE al menos en tres ocasiones (1931, Bloque Antimonárquico; 1936, Frente Popular; 1977, Frente Autonómico) manteniendo una escrupulosa postura de acatamiento del orden legal establecido sin menoscabo de sus propios fines políticos. ANV permanece ilegalizada igual que los socialistas durante la dictadura franquista, por más que hoy asome en su horizonte de nuevo la posibilidad de volver a ser apartada de la vida política, curiosamente por obra de una formación que no hizo ascos en el pasado de aprovechar dos de sus características fundamentales (abertzalismo y acatamiento democrático) en beneficio de un supuesto bien compartido (la defensa de la legalidad española en Euskal Herria), que por sí solos no podían expresar ante el electorado vasco. Bien es cierto que las relaciones ANV/PSOE han sido tirantes o malas en ocasiones, pero su trabajo conjunto en el Gobierno Vasco o el republicano de Negrín (un militante de ANV, Tomás Bilbao, fue Ministro en tal gobierno) palía las discrepancias sociales e ideológicas entre ambas formaciones. Resulta difícil ocultar ahora los compromisos históricos entre ambos mundos políticos.

Cuáles son las razones de este cambio? Desde mi perspectiva personal como historiador, básicamente dos: 1/ Las consecuencias directas de la Transición. En ese momento se aceptó que los franquistas pusieran coste al restablecimiento de un marco democrático. Paradójicamente se les pagó tal precio, cuando lo lógico hubiera sido que el franquismo hubiera dado cuenta de los atropellos cometidos a lo largo de 40 años de dictadura; se les avaló una Ley de Punto final en la que se beneficiaron del cambio y lo dirigieron según sus conveniencias. Tal dejación de la oposición antifranquista evitó una depuración del aparato del Estado comprometido con la falange y la guardia de Franco, y la institucionalización de una Constitución con evidentes carencias.

2/ Las estrategias políticas actuales. Hoy, casi todo el mundo critica la Ley de Partidos. Pero resulta evidente que todo el mundo se aprovecha de su aplicación. La ilegalización de Batasuna es un filón de ganancias políticas (y, por lo tanto, económicas), un renovado café para todos copiado directamente de la Transición.

Por ello, dan igual los movimientos que Batasuna dé en su renovada apuesta por cambiar parte del marco político actual desde dentro. Los intereses generales (pero en especial, y por ese orden, PNV, PSOE, PP, otros...) marcan las reglas del juego. Contra ANV no se tiene nada (que explique el PSOE su connivencia histórica con ella si no, o el PP cómo estuvo tan ciego cuando gobernó, tanto que le reconoció como víctima de guerra, aceptando devolverle una compensación por las incautaciones que sufrió).

Unicamente ocurre que EAE-ANV es de izquierdas y abertzale, está ahí casi desde siempre y ahora quiere ejercer los derechos legítimos que posee. Pero tales pretensiones menoscaban los intereses de terceros, por ello la mitad de las candidaturas han caído en la ilegalización en el marco de un Estado que reconoce la legalidad de ANV. Se puede llegar a caer en el esperpento de eliminar las candidaturas sin tocar al partido. ¿Qué dirán en Europa de todo esto?

Personalmente soy escéptico sobre lo que pueda llegar de respaldo desde Europa. Tengo muy presente la experiencia del lehendakari Agirre para ser cauto. Pero es claro que cuanto mayor control abertzale y progresista haya en las instituciones, mejor será para la mayoría social de este pueblo. Y reconocer que en este asunto no se trata de legalidades. Acción Nacionalista Vasca tiene toneladas de referencias que le respaldan en la labor de fomento y estructuración para la sociedad vasca. De lo que en realidad se trata es de asumir responsabilidades propias, dejar a un lado egoísmos y trabajar por este País, por su futuro, por su desarrollo armónico. Las garrapatas están en el monte, donde deben estar; en las calles y pueblos de nuestro País hay gente trabajando para que todos seamos iguales. Insultar es una actitud que todos podemos adoptar; y ser soeces. Pero si se trata de entendimiento, sobran.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo