ANOETA La permanencia queda a dos puntos reales
¿Será verdad que la Real no va a bajar nunca a Segunda?
El Celta no supo sentenciar en un primer tiempo en el que los blanquiazules estuvieron a su merced y los goles de Savio y Kovacevic nada más salir del descanso cambiaron el panorama radicalmente.
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
La sentencia de Antxon Vega de Seoane, que dijo tras el último ascenso hace ahora cuarenta años que la Real que presidía en aquel momento había subido para no volver a bajar, lleva paso de convertirse en una profecía tan milagrosa como va a resultar que el club blanquiazul siga el próximo año en Primera.
Uno no va a ir ahora de listo y sostener que siempre ha creído en la permanencia. Hay que ser un utópico para no ver a la Real en Segunda el pasado año tras perder en Getafe o este tras caer contra el Athletic, o cuando se quedó a doce puntos de la salvación tras salir derrotada en Zaragoza o al quedar a siete reales tras la visita del Barcelona o ayer mismo en el descanso tras el baño exagerado que le dio un Celta que pudo irse a los vestuarios con un 0-3 tranquilamente si llega a traducir en el marcador su superioridad en el juego.
Pero tras ver la reacción que siempre ha tenido este equipo cuando se ha visto en situaciones límites y si la Real culmina su salvación uno va a terminar por creer que, efectivamente, no va a bajar nunca a Segunda. Y es que, al margen de unos condicionantes únicos que nacen en la calidad humana del vestuario, su carácter, su calidad y su compromiso con la Real, parece que hay algún fenómeno paranormal que ayuda a este club.
Porque será un milagro que la Real se salve este año. Es un milagro que haya ganado seis partidos de los últimos nueve a pesar de que en la mayoría de ellos ha permitido al rival disponer de ocasiones para golear. El de ayer fue el mejor ejemplo de esto. El Celta parecía en el primer tiempo el mejor equipo del mundo y la Real uno de Regional incapaz de plantar cara a un rival al que permitió jugar a placer y rematar sin oposición en la mayor parte de los saques de esquina que concedió.
Sin embargo, el Celta sólo marcó en un error de un gran portero como Bravo que destaca por sus grandes paradas... y sus grandes fallos. Perdonó, permitió ir a la Real con vida al descanso y algo milagroso pasó en ese vestuario maravilloso para que volviera al campo otra Real a la que le bastaron veinte segundos para empatar y cinco minutos para meter un golazo en una jugada extraordinaria de todo el equipo en el que tuvo un papel estelar ese jugador que va resultar clave en el milagro. Savio, tras pasarse toda la semana con fiebre, fue capaz de de iniciar la jugada en la izquierda en el centro del campo y rematarla al lado del poste derecho.
La Real había sido un juguete en las manos del Celta en los primeros 45 minutos y en sólo cinco y en dos jugadas cambió el panorama radicalmente. Además le ayudó un error de un asistente que compensó el exceso de vista de Megía Dávila en la señalización de un penalti, en la suficiencia de Baiano, y en la prodigiosa entrada al campo de Díaz de Zerio y Aitor, claves en el 1-3 y en un par de contras que pudieron provocar que el partido acabara en goleada.
Baño en el primer tiempo
Un final que nada tuvo que ver con el inicio. Si alguien pensaba que el Celta iba a salir derrotado al campo por su pésima racha se equivocaba. Desde el primer minuto, en el que los vigueses realizaron tres faltas al borde de la tarjeta, quedó claro que venían a Anoeta conscientes de lo que se jugaban y dieron un recital ante una bloqueada Real.
La diferencia sobre el césped era superior a la vista quince días antes entre Barcelona y la Real. Los vigueses jugaron con una comodidad insultante, movieron el balón con una precisión y una claridad que contrastaba con el desacierto y la oscuridad con la que deambulaba la Real. Los vigueses buscaban sistemáticamente la banda izquierda, donde Nené aprovechaba que Estrada es un gran proyecto de jugador, pero no un lateral, y además no recibía las ayudas que necesitaba.
Pero toda esa superioridad sólo fue traducida en un gol en un error de Bravo en un corner que también pudo estar motivado en su deseo de ayudar a una defensa especialmente desacertada a la hora de defender esas jugadas. En otro corner anterior Tamas había cabeceado sin oposición al poste y poco después fue Contreras el que lo hizo a placer. Cabía pensar incluso que el gol podía ayudar a la Real para que el Celta se dedicara a defender su renta, pero nada. Jugó igual, con una alegría exagerada y la sentencia pudo llegar antes del descanso en un remate de Baiano a placer que fue fuera.
La Real parecía a 45 minutos de firmar su descenso y le bastaron veinte segundos para que Estrada enviara al área un centro sin mucha intención, pero con la suerte de que Kovacevic hizo el movimiento adecuado y Esteban tomó la peor decisión al quedarse a mitad de salida.
El gol hizo mucho daño al Celta y enseguida encajó el 2-1. Entonces llegó una tímida reacción en la que Nené engañó a un Megía Dávila deseoso d pitar otro penalti inexistente a la Real. También Baiano tuvo el empate en una opción clara, pero entonces apareció Estrada para evitar el gol con Bravo batido y poco después salieron Díaz de Zerio y Aitor para sentenciar el partido con un gol brillante y para demostrar que tienen un sitio en el once inicial.
Y es que la Real está más viva que nunca a pesar de todos los errores que se han cometido toda la temporada gracias a la capacidad de un grupo al que le acusan de no tener carácter y que ha sabido reaccionar cada vez que la historia de este club les ha exigido un poco más para que aquella frase eufórica con la que Vega de Seoane recibió a los héroes de Puertollano sea hoy una profecía en la que los realistas pueden creer con motivos.
Preguntado por lo vivido en el descanso en el vestuario para explicar la reacción del segundo tiempo, Lotina señaló que «estábamos bastante tocados, como no recuerdo desde que estoy aquí. En el primer tiempo jugamos muy nerviosos, enfrente había un muy bien equipo con buenos jugadores y han podido resolver el partido. Hemos tenido suerte y en el descanso hemos dicho que habíamos trabajado mucho tiempo para salir de aquí y que quedaban 45 minutos para hacerlo. Quiero agradecer a los 27,000 que han venido, fundamentales en la reacción del equipo. Y uno se siente orgulloso del vestuario, del alma que tiene un vestuario que no se merece descender. Hemos ganado ante un gran equipo. Es difícil de entender que esté así y la victoria es muy importante por cómo se puso el partido, por cómo hemos reaccionado y por lo que significa clasificatoriamente».
Sobre los resultados favorables en los demás campos dijo que «todo el mundo anda justo y nervioso, Los que estamos abajo es por algo. Hemos tenido la suerte de que ha ganado Osasuna y nosotros estamos bien. A pesar del primer tiempo tan malo, el equipo ha reaccionado». Cuando se le preguntó si veía más cerca la permanencia, respondió: «Pero si ya he dicho que no vamos a descender...».
Hristo Stoichkov, por su parte, se vio ya en Segunda y dijo que «lo entiendo así y a partir de ahora cada uno debe saber donde va a estar el año que viene, que será la temporada para volver con el Celta a donde se merece».
La primera plantilla realista tendrá a partir de las 10.30 de esta mañana la habitual sesión post partido, Mañana hay descanso y el miércoles se comenzará a preparar el derbi del domingo en Iruñea.
El equipo entrenado por Alfredo del Castillo perdió ayer por 1-0 en el campo del Betis en la ida de los cuartos de final de Copa. El partido de vuelta se jugará el próximo domingo en Zubieta.