Raimundo Fitero
Las herencias
Ahora puedes heredar una tendencia a la acumulación de lípidos en sangre, un piso de cincuenta metros en zona de actuación de los carroñeros de «Callejeros» de Cuatro, una hipoteca con 22 años todavía de duración o unos terrenos recalificables. También pueden dejarte una colección de fotos de seres que ya desconoces sin la guía de ama, un tresillo cargado de nostalgias, recuerdos y hendiduras o una casa en la Moraleja con jardín, piscina y servicio. Dicen que también se hereda el carácter, los colores del equipo futbolístico y hasta una visión política del mundo, aunque esto es algo muy cuestionado por los últimos estudios. Y si se mira con lupa a nuestro alrededor la herencia del voto parece más un asunto urbanístico que ideológico.
En televisión se heredan audiencias, ideas, equipos. Ahora mismo Tele 5 está malviviendo en la noche de los domingos con una serie heredera de aquella que José Luis Moreno y sus sobrinos convirtieron en un éxito de largo recorrido: «Aquí no hay quien viva», que con otro diseño inmobiliario se llama actualmente, «La que se avecina» y que mantiene a parte del reparto, el mismo tonillo y las mismas situaciones que van de lo idiota a lo increíble, peor siempre buscando el humor, o sea, provocan un cortocircuito en todo aquél, como un servidor, que no puede soportar este tipo de humor ramplón, chabacano y sin vuelo. Una de las ancianas decía en un parlamento: «Lo bueno de ser vieja es que no tienes la menstruación y no pagas en el parking». ¿Esto es un chiste o una frase hiriente contra la inteligencia?
Aunque la herencia que ahora está en fase de expansión televisiva es la que dejó Rocío Jurado y que enfrenta a su hija, la huerfanita Rocío Carrasco, contra toda su familia materna, su padrastro, el torero, sus hermanastros, los peruanitos y algún que otro supuesto beneficiado. Y el motivo no es otro que una finca en Chipiona, que hoy es terreno rural, pero que mañana o pasado, dependiendo de los resultados electorales del próximo domingo, puede ser urbanizable. Y son unos cuantos miles de metros cuadrados, es decir un dinero que llegará, o sea, una inversión a medio o largo plazo.