La Confederación Empresarial Española de Economía Social (Cepes), en la que el grupo MCC ocupa un lugar relevante, celebró ayer en Bilbo su asamblea general e inició una reflexión sobre el mercado, la competencia y las empresas de la economía social.

Según los datos aportados por esa organización, la economía social mantiene a 50.500 empresas en el Estado español que facturan 110.417 millones de euros, lo que representa el 7% del PIB y emplea a 2,3 millones de trabajadores. Las cooperativas vascas tienen un peso importante, ya que generan la quinta parte de esa facturación. Marcos de Castro, presidente de Cepes, aseguró que «la economía social actúa allí donde se precisa una solución a los problemas locales de empleo, de necesidades de las personas, de emigración, de desarrollo económico, de integración de colectivos en exclusión o de acceso a cualquier parcela del estado de bienestar».

De Castro expresó que las empresas de la economía social «influyen de manera directa en la construcción de una sociedad más equitativa y cohesionada». Hego Euskal Herria cuenta con un desarrollo espectacular de las cooperativas y las sociedades laborales, además de empresas de inserción. En este sentido, Marcos de Castro recordó que la economía social es «uno de los pilares del modelo social europeo» y recordó que «ofrecen empleo digno y decente, como dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT)».

«Democracia participativa»

El presidente de la Cepes reclamó que la economía social tenga hueco y esté representada en el diálogo social. «En una sociedad compleja el diálogo social no puede agotarse sólo con la patronal y los sindicatos, que es un binomio imprescindible para la paz laboral, sino que debe recoger a la economía social».

Como expresó De Castro, el modelo que se impulsa en el Estado español carece «de democracia participativa, ya que no cuenta con los representantes de la economía social. Nuestra realidad, a pesar de las presiones de quienes quieren mantener sus parcelas de poder, camina hacia adelante, porque somos parte de ese futuro».

En la asamblea de Bilbo se presentaron los datos del sector referidos a 2005, «que muestran un fortalecimiento de la actividad», según su presidente. Marcos De Castro explicó que «otra manera de hacer empresa es posible. La economía social está demostrando que la rentabilidad y la eficiencia son compatibles con la responsabilidad social, con la generación de trabajo donde se prima a la persona, con la flexibilidad laboral, con el respeto al medio ambiente y con la cohesión social».

El lehendakari del Gobierno de Lakua, Juan José Ibarretxe, intervino en el encuentro para explicar que la economía social «tiene una importante presencia» en el suelo vasco. Afirmó, en clara referencia al grupo MCC, que la economía social ha sido capaz de dar el salto con la globalización. «No se puede internacionalizarse si no es desde las raíces y el asentamiento de los proyectos. Las raíces son importantes para abrirte al mundo. Lo local no es sólo bonito, sino poderosísimo si se ubica de forma práctica en alianzas».

Colaboración público-privada

Por ese motivo, destacó que el éxito del modelo vasco de economía social se encuentra en la colaboración público-privada. «La economía social hizo el papel de bombero en el período de la reconversión y reindustrialización, pero hoy es un sector económico puntero». Ibarretxe exigió que «la economía mundial mire al corazón de las personas» y afirmó que «se debe de avanzar en la dimensión social. Es importante estar en el mercado del euro, que son 300 millones de personas, pero no es suficiente. Hay que tener cuerpo y alma para atender a todas las personas. Eso seguro que te supone ir más lentos hacia ese desarrollo económico, pero es mejor avanzar todos juntos».

Por su parte, el Secretario general de Empleo, dependiente del Ministerio español de Trabajo y Asuntos Sociales adelantó que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobará este viernes en el Consejo de Ministros la regulación de las empresas de inserción y «esperemos que los trámites parlamentarios permitan aprobar el texto definitivo antes de que termine la legislatura».

La nueva reglamentación de esas empresas afectará a las sociedades mercantiles y a las cooperativas, y fijará nuevas competencias en la regulación del contrato de fomento de empleo y en el seguimiento de la inserción laboral. También recordó que se está tramitando ya la transposición de la legislación europea en esta materia.