El sindicato ELA ha mostrado su rechazo el anteproyecto sobre el Fondo de Reserva de la Seguridad Social porque las modificaciones introducidas en la política de inversión «lejos de garantizar las pensiones, las ponen en peligro».

El sindicato recordó que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social se ha creado con una parte del superávit que el sistema viene arrojando año tras año y que su finalidad es garantizar en el futuro el pago de las pensiones, en el caso de que las cotizaciones no alcancen para afrontar las prestaciones.

ELA señaló que el Anteproyecto de Ley Reguladora del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, elaborado por el Gobierno español ha sido acordado con CEOE, CCOO y UGT, «dentro de lo que llaman `diálogo social'.

El texto introduce modificaciones en aspectos como disposición de activos, política de inversión, composición y competencia de los órganos de gestión, externalización de la gestión de una parte del activo del Fondo, y mención de la competencia para dictar la ley.

Inversión en valores privados

ELA precisó que el núcleo de la reforma lo constituyen dos modificaciones. Una de ellas es la actual política de inversión. En la actualidad, el Fondo de Reserva puede invertir solamente en títulos emitidos por personas jurídicas públicas.

Sin embargo, la reforma establece la posibilidad de inversión en valores, acciones e instrumentos financieros emitidos por entidades privadas, admitidos a negociación en el mercado de valores, y con distintos perfiles de riesgo.

Otra de las modificaciones es que se permite la externalización, «es decir, privatización, de la gestión de una parte indeterminada del activo del Fondo de Reserva».

ELA indicó que el anteproyecto no precisa qué cantidad o porcentaje del fondo podrá invertirse en renta variable o títulos emitidos por entidades privadas, ni qué cantidad o porcentaje se habilitará para la gestión externalizada y privada

También manifestó su oposición a que la administración de esta cartera de valores se ponga en manos de gestoras privadas como bancos y compañías aseguradoras, y se abra la vía a que los recursos del Fondo de Reserva «se canalicen hacia el mercado de capitales. Significa un paso más en la privatización de fondos públicos, que pone en cuestión y debilita el carácter de sistema público que debe tener la Seguridad Social. Alimenta la voracidad de los mercados financieros y permite que el fondo de reserva se destine a operaciones especulativas», añadió.