La comidilla de los próximos días va a ser el derbi del domingo entre Osasuna y Real Sociedad. El bañador de Miranda saldrá del baúl de los recuerdos para reclamar «deudas» o «favores» no tan lejanos en el tiempo. No faltará quien apele a la «hermandad» y las «afinidades» entre giputxis y navarricos. Posiblemente, serán los mismos que, cuando se trata de otros temas, se esfuerzan en separar a ambas partes.

Política al margen, es necesario subrayar una serie de datos totalmente objetivos. El primero, que Osasuna no está salvado matemáticamente. Lo estará si puntúa contra la Real o si, perdiendo, también lo hace el Athletic. Y si algo está aprendiendo la afición realista esta temporada es que nada es seguro hasta que no lo certifican las matemáticas.

Para quienes dicen que «entre vascos siempre nos hemos ayudado», cabe recordar que, en este caso, lo que es bueno para la Real es malo para el Athletic. A este punto cabe añadir que el míster rojillo, puestos a echar un cable, preferirá con toda lógica que se salven los rojiblancos, de los que otrora fue delantero.

Resta hablar de los jugadores de Osasuna. En primer lugar, cobran por ganar. Y en segundo lugar, cada uno será, como suele decirse, de su padre y de su madre. Unos preferirán que se salve la Real, otros el Athletic, a otros les dará igual y puede que incluso haya quien guarde en su corazón un txoko para Levante, Betis o Celta.

El resultado final de la temporada, tanto para el Athletic como para la Real, no será fruto de lo que ocurra este domingo en El Sadar. Suena a tópico, pero que gane el mejor y que se salve el que lo haya merecido a los largo de 38 partidos. Aunque una foto de Fuentes bañándose en el Arga... No sigo, que luego algunos se me cabrean.