ELA anunció ayer la convocatoria de una huelga que se se venía gestando en las últimas semanas tras las repetidas denuncias del sindicato sobre la nula voluntad de Adegi para avanzar desde que comenzaron las negociaciones para la renovación del convenio colectivo el pasado 16 de febrero. Aseguró que confía resolver el conflicto «antes de verano».

Después de trece reuniones, los empresarios sólo están dispuestos a afrontar una revisión de carácter salarial -ofrecen el IPC más un 1%- y, además, estarían dispuestos a retirar sus «propuestas» de recortes derechos si los sindicatos retiran de la mesa las reivindicaciones sociales, explicó Gurutz Gorraiz, responsable del sindicato en el sector de la Construcción en Gipuzkoa, en la rueda de prensa ofrecida en Donostia junto a Xabier Agirretxe, representante de ELA en la mesa negociadora.

Gorraiz recordó el contexto en el que se producen las negociaciones, en medio de históricos beneficios, e indicó citando datos de Eustat correspondientes a 2005 que, mientras los salarios crecieron un 5,1%, los beneficios empresariales subieron un 24,2%, en un sector que se caracteriza por ser más «opaco» que otros y en el que las irregularidades se repiten.

«De una manera paciente, durante trece reuniones, hemos tratado de modificar la actitud intransigente de la patronal liderada por Adegi», afirmó Gorraiz. El responsable sindical indicó que ELA «no va a admitir que el convenio sea una mera revisión económica».

En opinión del sindicato, el convenio debe responder a las necesidades de los trabajadores y Gorraiz citó cuatro campos: «tiempo de trabajo, siniestralidad, y derechos y competencias», además de exigir un aumento salarial del IPC más un 1,95%, acompañado de un «plus de desplazamiento» -ahora no tiene ninguna compensación-, así como una actualización de una especie de dieta para unos trabajadores que generalmente siempre comen fuera de casa.

Gorraiz explicó que consideran que también se debe atender a las «inclemencias del tiempo» que impide realizar en muchas ocasiones los trabajos programados sin ninguna «compensación», y programar un calendario laboral que «no esté únicamente hecho sobre la base de la religión católica», porque «cada vez son más los trabajadores con otras religiones, como es el caso de la musulmana, con otras fiestas».

En opinión de Gorraiz, «creemos necesario que conjugando las horas anuales, las licencias individuales, e inclemencias del tiempo es necesario y posible coordinar una nueva ordenación del tiempo de trabajo y del calendario laboral». En este sentido, afirmó que ELA solicita «una reducción de seis horas en jornada, de 10 horas en motivos personales y de 8 horas en inclemencias del tiempo», añadió.

Gorraiz también destacó que el convenio de la Construcción afecta a unas 12.000 personas, aunque el número de contrataciones supera las 23.000, lo que da una pista de uno de los grande problemas del sector, la precariedad unida a la subcontratación, que conducen a la siniestralidad.

Respecto a la siniestralidad, tras recordar que el «40% de las personas que fallecen en accidentes laborales pertenecen al sector de la Construcción», Gorraiz reivindicó que «los delegados de prevención sindicales vean incrementados sus derechos y competencias para que tengan la posibilidad de paralizar situaciones de grave riesgo».

Los sindicatos celebrarán mañana una nueva reunión con Adegi, la número catorce, en la que se intentará avanzar lo que no se ha conseguido hasta ahora», afirmó Gorraiz