Según las cifras provisionales, más de 7.600 postulantes (3.170 de los cuales son mujeres) han presentado su candidatura a los comicios legislativos de junio en los que se renuevan los 577 escaños de la Asamblea Nacional francesa, frente a los 8.456 candidatos de hace cinco años.

La derechista UMP, que el presidente, Nicolas Sarkozy lideraba hasta hace una semana, parte como clara favorita y en condiciones de revalidar o incluso ampliar la mayoría absoluta que ha tenido en la cámara de los diputados en el último lustro. La obtención de la mayoría cumpliría con las perspectivas del jefe del Estado para poder aplicar su promesa de «ruptura».

Una mayoría que la UMP tiene asegurada según una nueva encuesta de TNS-Sofres publicada ayer y que atribuye a los candidatos de esta formación el 40% de las intenciones de voto en la primera vuelta, frente a un 28% del Partido Socialista (PS) y un 15% para el nuevo Movimiento Demócrata del centrista François Bayrou.

Los Verdes recibirían un 4%, la izquierda y los comunistas un 3,5%, respectivamente, según el sondeo, que indica que un 72% de los encuestados está seguro de su voto y un 25% podría reconsiderarlo.

La reconquista por la UMP del electorado del ultraderechista Frente Nacional que despuntó en las elecciones presidenciales se confirmaría en las legislativas, ya que la encuesta sólo concede a la formación de Le Pen el 3,5% de los votos.

Según las proyecciones, la UMP y sus aliados se harían con entre 365 y 415 escaños (frente a los actuales 364) el PS y los suyos obtendrían entre 137 y 153 (frente a los 150 de hoy día).

Por lo tanto, habría sólo dos grupos parlamentarios, ya que se requieren al menos 20 diputados para la formación de uno. Un listón que parece estar fuera del alcance de los otros partidos, según este sondeo.

«Contra-poderes»

Frente a la «marea azul» que se prevé, el PS, desamparado y socavado por las tensiones internas tras la derrota de su candidata al Elíseo, Ségolène Royal, parece reducido a una estrategia defensiva y al argumento de que no se deben dar a Sarkozy todos los poderes. A juicio del secretario general del PS, François Hollande, «este poder que quiere aplastar, dominar y tener todas las palancas de mando es un peligro».

François Bayrou, por su parte, manifestó la necesidad de construir «contra-poderes».