La noche electoral dio mucho qué pensar a los representantes políticos. María José Usandizaga, que durante la campaña pidió encarecidamente el voto a los vecinos y vecinas de Lizartza y Elduain para el PP, ayer reconoció que el hecho de que su formación haya obtenido las alcaldías en las dos localidades es «uno de los hechos más paradójicos de la política vasca» y «el reflejo de la mayor de las anormalidades políticas y sociales».

El PP era la única fuerza que concurría en los citados municipios, después de que la Justicia española ilegalizase las candidaturas la izquierda abertzale y que el PNV, que ha gobernado en ambas localidades valiéndose del «apartheid político», no presentase candidaturas y pidiese el voto en blanco para seguir gobernando. De ese modo, con tan sólo 27 votos, y pese a que los 186 votos nulos de la izquierda abertzale constituyen la primera fuerza, el PP se hará con la Alcaldía de Lizartza. En el caso de Elduain, un solo voto, frente a los 83 atribuibles a ANV, ha otorgado al citado partido todos los concejales. Por lo tanto, gracias a únicamente 28 votos, el PP se ha hecho con las dos primeras alcaldías en Gipuzkoa de su historia.

Usandizaga aseguró que asumirán ambas alcaldías «haciendo un ejercicio de responsabilidad política», si bien explicó que aún no han decidido quienes serán las personas que ocupen los cargos. «Serán vascas y procuraremos que sean guipuzcoanas, aunque tengo que decir que son por todos conocidas las dificultades que tenemos para que sean guipuzcoanos quienes quieran dar ese paso».

En Irura, tras la ilegalización de ANV, también vivieron una jornada electoral atípica. En esta localidad, donde la izquierda abertzale ha gobernado en funciones, pidió el voto en blanco, para evitar así que ni el PP ni el PSE, las únicas formaciones que podían concurrir a los comicios, alcanzasen el Ayuntamiento. Los resultaron fueron esclarecedores: 562 de las 606 personas censadas votaron en blanco, y sólo 18 y 12 votantes apoyaron a PSE y PP.