Un día después de que el PNV realizara una «profunda lectura» de los resultados «agridulces» del pasado domingo durante su Asamblea Nacional, el presidente del EEB, Iñigo Urkullu, tildó ayer la situación post-electoral de «endiablada y compleja». No obstante, el líder jeltzale apostó por tomar estos datos como «una lección» y «un reto de cara al futuro próximo».

Los responsables jeltzales, en la reunión mantenida el viernes por la tarde en Sabin Etxea, ratificaron la apuesta por extender el tripartito que sustenta al Gobierno de Lakua a las instituciones municipales y forales. No obstante, conscientes de que los resultados no les dan para gobernar en muchos lugares, la posibilidad de recurrir a otro tipo de pactos y alianzas sigue abierta en el seno de la formación dirigida por Josu Jon Imaz.

Un día después de la asamblea, Urkullu volvió a reiterar su apuesta en favor de pactar con EA y EB-Aralar, pero advirtió que se realizará «siempre y cuando los números así lo permitan y además sea posible concordar los programas». Y es que, según el portavoz del EBB, las posturas defendidas por EA y la coalición EB-Aralar en algunos territorios «no hacen fácil presumir la posibilidad de una suma de fuerzas tripartita».

De todos modos, el líder jeltzale no quiso hacer ascos a nadie, por lo que precisó que «no cerrararemos ninguna puerta ni a nada ni a nadie».

En las declaraciones realizadas a Radio Euskadi, Iñigo Urkullu informó de que en las próximas jornadas su partido «ana- lizará con detenimiento» las conversaciones que se den «tanto con unos como con otros».

En cuanto a la posibilidad de pactos de gobierno en Gipuzkoa, y en respuesta a las declaraciones realizadas la víspera por el secretario general del PSE en este herrialde, Miguel Buen, quien tildaba de «agresión» cualquier pacto que no respetara la mayoría de votos logrados por su formación, Urkullu señaló que cada uno se queja «cuando le aprieta el zapato».

El portavoz del EBB criticó que Buen «apele en estos momentos al respeto a las listas más votadas», y trajo a colación los pactos mantenidos por este partido con el PP, tanto en Ezkerraldea como en las instituciones alavesas.

Aprender la lección

En cuanto al proceso electoral interno para elegir a su presidente iniciado el mismo viernes, Urkullu confió en que los jeltzales «hayan aprendido la lección» de hace cuatro años, por lo que abogó por estar «lo más unidos posible» ante el proceso de renovación.

El portavoz del EBB, en otra entrevista ofrecida a RNE, recordó la rivalidad mantenida en el anterior proceso de renovación entre Josu Jon Imaz y Joseba Egibar, lo que a su juicio derivó en un «proceso convulso». En esta línea, alertó de que los «males del PNV pueden estar siendo alimentados» desde fuera, por lo que instó a los integrantes del PNV a no «hacerles el juego».

Sobre los jelkides volvió a hablar ayer Miguel Buen, quien censuró su «terrible prepotencia», ya que, a su juicio, a pesar de haber perdido en Araba y Gipuzkoa pretende estar en los tres gobiernos forales. Buen señaló que en la Asamblea Nacional del PNV se produjo «lo que se esperaba».

A su entender, en el partido presidido por Imaz se consideran «los dueños del terreno» y tildó la teoría jeltzale de «mágica», argumentando que sin vencer en dos herrialdes intentan estar en todas las diputaciones con distintos partidos, «y a poder ser con la presidencia», apostilló. Buen criticó que eso es lo que el PNV define como «cauce de la centralidad».

El político errenteriarra agregó que, si los jeltzales hubieran aceptado la derrota «razonablemente», se podrían dirigir al PSE, «pero no lo han hecho». Él, por su parte, aseguró que seguirá trabajando en pos de conformar la mayoría que les permita gobernar en Gipuzkoa, al tiempo que informaba de que ya han mantenido los primeros contactos con EA y EB-Aralar. Apuntó que también esperan poder hacerlo con el PP y el PNV a lo largo de la próxima semana.