Ines INTXAUSTI Crítica de televisión
Redundancias
Uno de los entes más atrevidos en este momento -me atrevo a decirlo, valga la «rebuznancia»- es EITB. Hace escasamente dos semanas, y coincidiendo con la vertiginosa carrera mediática del piloto asturiano Fernando Alonso, estrenó un nuevo programa en su segundo canal, ETB2: «Vuelta de tuerca». Un informativo informal que precede los fines de semana (sábados y domingos) al «Teleberri» de la 2 de ETB. Una fórmula ya vista en televisión, incluso a la hora de competir con la Fórmula 1, todo sea dicho, pero novedosa en muchos aspectos para el cadena pública vasca. Los guiones que pretenden aunar la información y el humor tienen que ser absolutamente inteligentes, directos (mucho) e incisivos, ya que se apoyan únicamente en el texto y la imagen real y no aceptan ningún otro registro dramático de ficción, como aquellos otros que se basan en un humor de esqueches consecutivos llevados a cabo por actores profesionales. «Vuelta de tuerca» tiene un planteamiento informativo-descriptivo y no cuenta, como en el caso de «CQC», con histriones profesionales del tipo Pablo Carbonell o Wyoming. A menos que consideremos a Iñigo Agirre un actor... porque él mismo lo presenta, junto a Maite Esparza.
Dos treintañeros de largo recorrido televisivo en EITB. Maite demostró más que dotes para la pantalla y profesionalidad como la copa de un pino perenne el verano pasado, sustituyendo a Adela González en «Pásalo», programa en el que actualmente colabora. Serena y equilibradamente. Iñigo, por su parte, nos tiene acostumbrados al envés del reportaje prototípico. Probablemente sea el periodista que más veces ha visitado a las huestes del Parlamento Vasco con las preguntas más atrevidas a la vez que caóticas o peregrinas. Y lo hace francamente. Francamente bien. Una pareja aparentemente contradictoria que funciona a las 1001 maravillas dentro de «Vuelta de tuerca». Como el resto de colaboradores. Ahora sólo deseo que la Real se mantenga en su sitio para ver bañarse desnudo a Gabilondo en la Kontxa. En la Concha de...