GIRO Podio inédito
El año en el que Danilo Di Luca cambió de registro
Un clasicómano, un debutante y un veterano gregario conformaron ayer el inédito podio de un Giro con revelaciones, regresos y desilusiones
Amaia U. LASAGABASTER | DONOSTIA
Tal y como se esperaba, el Giro 2007 ha vuelto a ser, básicamente, cosa de italianos. Pero ésa ha sido la única previsión que se ha cumplido, en una edición marcada por revelaciones, regresos y desilusiones.
La principal sorpresa llega, sin duda, con el propio vencedor. Nadie va a descubrir a estas alturas la clase de Danilo Di Luca (Spoltore, 1976), pero desde luego tampoco partía en ninguna quiniela un corredor con un curriculum jalonado de victorias prestigiosas en clásicas y vueltas cortas, pero al que hasta ahora se le había atragantado la alta montaña, juez de todas las grandes carreras y especialmente del Giro. Su mejor papel en una prueba de tres semanas no había pasado del cuarto puesto en la general del Giro 2005.
Incluso su disgusto inicial -su compañero Enrico Gasparotto le birlaba el liderato en la primera etapa- hacía pensar que el corredor de Liquigas quería aprovechar su gran momento de forma, venía de ganar en Lieja, para lucir la maglia rosa, un sueño largamente acariciado, hasta llegar al pie de los Alpes.
La confirmación
Ni siquiera su victoria en Montevergine, primera llegada en alto, consiguió que se desprendiera de su vitola de hombre explosivo para ingresar en el grupo de candidatos al triunfo.
Hubo que esperar hasta la décima etapa, cuando Di Luca firmaba el segundo puesto sólo por detrás de Leonardo Piepoli, y, sobre todo, su victoria en Briançon, para empezar a tomarse en serio al corredor que, desde entonces, ha corrido con fuerza e inteligencia. Fuerza para estar siempre con los mejores en las principales etapas e inteligencia para no venirse abajo en sus peores momentos. El premio, ganar «la carrera más bonita del mundo», según el propio Danilo Di Luca.
Si el carácter de revelación, en el caso de Di Luca, se debe a su cambio de registro, es la edad la que coloca en el capítulo de sorpresas a Andy Schleck. Con sólo 21 años y en su primera participación en una carrera de tres semanas, el pequeño de la familia Schleck ha estado con los mejores en las principales jornadas, para acabar la prueba en segundo lugar y adjudicarse, evidentemente, el maillot blanco.
Un objetivo que se le ha escapado a Riccardo Riccó, aunque el joven corredor de Saunier ha sido otro de los grandes nombres de este Giro, con su espectacular victoria en Lavaredo.
Y es que éste ha sido el año de Di Luca, pero también el de Saunier Duval, que se marcha con Simoni fuera del podio, pero con cuatro grandes victorias parciales, a cargo de Riccó, Simoni, un recuperado Iban Mayo y Leonardo Piepoli, otra de las estrellas de la prueba, gracias a su triunfo en Nostra Signora della Guardia, su actuación camino de Lavaredo y Zoncolan y su maillot verde.
El capítulo de triunfadores lo cierran dos veteranos que se redescubren. Eddy Mazzolenni, que ha conseguido colarse en el podio y, sobre todo, Alessandro Petacchi. La caída en el pasado Giro le abocó a sufrir un año de recuperación primero y de incertidumbres después. Ha despejado todas con cinco victorias y su segunda ciclamino.
Otros veteranos, como Stefano Garzelli o Paolo Savoldelli, no han podido responder a su condición de favoritos, pero al menos han levantado los brazos. No es el caso de Damiano Cunego, una de las grandes desilusiones de este Giro, o de Paolo Bettini. El «grillo» se ha mostrado tan combativo como siempre, pero esta vez su esfuerzo no ha tenido recompensa.
Los vascos
También hay que incluir a Euskaltel-Euskadi en el capítulo de batacazos. Muy penalizado por las caídas, ha concluído la prueba con sólo cuatro corredores y la presencia en algunas fugas como único bagaje. Sin sobresaltos, pero sin excesivas alegrías, también llegaban ayer a Milan Pedro Horrillo, Aitor Pérez Arrieta y Bingen Fernández.
Mejor les han ido las cosas a Patxi Vila, pese a que no ha podido igualar la décima plaza del pasado año y, sobre todo, a Iban Mayo. En su primera participación en el Giro, el de Igorre tomó el relevo de Juanma Garate con un bonito triunfo.
La de Danilo Di Luca es la undécima victoria consecutiva en el Giro para un corredor italiano. El último extranjero en conseguirlo fue Pavel Tonkov, en 1996, por delante de Enrico Zaina y Abraham Olano. Di Luca también es el corredor más sureño en adjudicarse el rosa.
Con el final del Giro 2007 se oficializó el inicio de la próxima edición, que comenzará el diez de mayo de 2008 y que volverá a partir de una isla. En este caso de Sicilia y, más concretamente, de Palermo. La última vez que el Giro comenzó en esta isla fue en 1999, en aquella ocasión en Agrigento.
Nadie va a descubrir a estas alturas la clase de Di Luca, pero su nombre tampoco partía en una quiniela. De hecho, hubo que esperar hasta su triunfo en Briançon para empezar a tomarse en serio sus posibilidades.
Andy Schleck y Ricardo Riccó promueven el cambio generacional. En su primera participación, el luxemburgués ha acabado segundo y el italiano se ha adjudicado la etapa reina.
Di Luca, Saunier Duval y un renacido Petacchi han sido los grandes triunfadores de un Giro en el que las desilusiones han corrido del lado de Cunego y Bettini.
Un exultante Danilo Di Luca admitía ayer en Milan haber «conquistado mi sueño infantil. Era mi sueño desde que, a los ocho años, me regalaron una bicicleta».
No es de extrañar que ahora sólo piense en «celebrarlo. Ya lo he hecho en estos últimos 185 kilómetros, he disfrutado durante más de cuatro horas, pero ahora me toca hacerlo en Spoltore y Pescara».
Tras su victoria, Di Luca pasa a ser el líder del Pro Tour con 207 puntos, por 157 de Rebellin (Gerolsteiner), 107 de Valverde (Caisse d'Epargne), 87 de Cunego (Lampre) y 81 de Andy Schleck (CSC).
GARA