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Fin del alto el fuego de ETA

Zapatero defiende su gestión del proceso y el PP le exige que renuncie al diálogo

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reaccionó al anuncio de final del alto el fuego de ETA con una declaración institucional en la que se dirigió expresamente a la ciudadanía vasca para decirle que ha «realizado todos los esfuerzos posibles para alcanzar la paz». Zapatero afirmó que «ETA vuelve a equivocarse» y que el Ejecutivo responderá con «la estricta aplicación del Estado de Derecho, la eficacia de las FSE y la cooperación internacional».

I. IRIONDO | GASTEIZ

El Gobierno español no quiso dejar mucho tiempo antes de dar respuesta al anuncio de ETA de que daba por finalizado el alto el fuego declarado el 22 de marzo. Fue en una declaración institucional sin preguntas. Esas las iba a dejar para una entrevista para TVE que luego suspendió para reunirse con responsables de Interior.

Pasadas las 10.45 de la mañana José Luis Rodríguez Zapatero compareció en La Moncloa con gesto grave, aunque antes de iniciar la lectura de su comunicado esbozó una leve sonrisa. Aprovechó sus primeras palabras para fijar el motivo de su intervención -«ETA ha dado por finalizado el alto el fuego permanente abierto por ella misma en marzo de 2006»- y matizar a renglón seguido que ese «periodo ya había sido roto, de hecho» con el ataque contra la T4 de Barajas «que costó la vida a dos ciudadanos ecuatorianos».

El presidente recordó que esta situación no es nueva, porque «ETA ha tomado la misma decisión que otras veces en el pasado», y añadió la opinión de que «como entonces, ETA vuelve a equivocarse».

«La respuesta de siempre»

Delimitado el terreno, Zapatero anunció su respuesta que, según aseguró, «será la que siempre han dado los Gobiernos de España, las fuerzas democráticas y la sociedad en su conjunto: una respuesta anclada en la defensa común de los valores e instituciones democráticos, en la estricta aplicación del Estado de Derecho, en la eficacia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en la cooperación internacional».

A continuación, incidió en «la fortaleza de la sociedad española, que no se debilita con el dolor», lo que «mostrará ahora de nuevo, sin ceder a ninguna de las amenazas o los desafíos a los que se le quiere someteR».

Como ha hecho en otras ocasiones, Zapatero manifestó que «el camino de la paz sólo tiene un final: el del abandono definitivo de las armas» y añadió que dicho camino «sólo puede iniciarse o recorrerse con la renuncia completa a la violencia».

Para la ciudadanía vasca

A medio discurso, José Luis Rodríguez Zapatero abrió un paréntesis para mirar hacia el norte. «Quiero dirigirme singular- mente a los ciudadanos vascos -dijo-. He realizado todos los esfuerzos posibles para alcanzar la paz y abrir un marco de convivencia para todos, en el que pudiesen defenderse democráticamente todas las opciones y que supere todo enfrentamiento. Sé que la mayoría de los ciudadanos vascos conocen la autenticidad del esfuerzo que el Gobierno ha realizado y quiero rea- firmar que mi mayor esperanza radica en la profunda voluntad de la mayoría de la sociedad vasca y de la sociedad española de vivir en paz y en libertad».

Luego, rescató la frase de que «el futuro de los vascos depende y dependerá de ellos mismos, en el marco de la ley y de la democracia», a la que el presidente unió ayer la apostilla de que «nunca dependerá de la violencia terrorista».

Espera de respaldo unánime

Rodríguez Zapatero aseguró que pondrá todos los medios para defender la convivencia, la libertad y la seguridad de la ciudadanía, y mostró su «esperanza» de obtener, tras el anuncio de ETA, el respaldo unánime de los grupos políticos. Anunció que se esforzará para lograrlo.

En la mañana de ayer se conoció que Zapatero había llamado por teléfono a primera hora a Mariano Rajoy y que acordaron reunirse el próximo lunes. En cualquier caso, el llamamiento a la unidad del presidente del Gobierno fue contestado públicamente con una exigencia de rectificación por el líder del PP.

La declaración institucional de La Moncloa concluyó con la afirmación de que «la fuerza de la democracia y de la palabra siempre derrotará al delirio totalitario», y con la convicción de que «mantener la violencia sólo provocará dolor, un dolor que durará lo que la ley, la democracia y la libertad tarden en acabar con la violencia», pero que «más temprano que tarde, la sociedad española conquistará definitivamente la paz. Me empeñaré en que esa paz se alcance cuanto antes», concluyó.

López: «Sólo ha fallado ETA»

Por su parte, el secretario general del PSE, Patxi López, afirmó ayer que «sólo ETA ha dado al traste con las esperanzas de la inmensa mayoría de la sociedad vasca y española» y abogó por responsabilizarle en exclusiva de «la vuelta de la violencia» y de impedir «consolidar la paz y la libertad». «Sólo ha fallado ETA», insistió.

Además, llamó a la «máxima unidad» y exigió a la izquierda abertzale y a los electos de ANV que se enfrenten a ETA.

El Gobierno español estaba avisado

Según todos los indicios, el anuncio de que ETA daba por finalizado el alto el fuego no fue una sorpresa para la Moncloa. El Gobierno español estaba avisado. «El País» ya publicó el lunes que tanto la Policía como la Guardia Civil y el CNI habían remitido informes en los que mostraban su convicción de que la organización armada retomaría sus acciones de forma «inminente». Pero, además, según se recogía ayer en algunos diarios digitales, al Ejecutivo le habían llegado avisos en el mismo sentido por parte de las personas que se han involucrado directamente en el proceso. Algunos incidían en que recientemente se había producido algún tipo de contacto entre interlocutores de ambas partes en el que se había conocido la próxima ruptura. La razones apuntadas serían «las irreconciliables diferencias de concepto» entre ETA y el Gobierno español. Otros medios, como la Cadena Ser, dieron cuenta de que el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, había contactado el lunes con los portavoces de algunos grupos parlamentarios -entre ellos, al menos, IU, CiU y PNV- a los que había transmitido el pesimismo que reinaba en el Ejecutivo.

I.I.

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