Cita en alemania
La contracumbre quiere presentar sus alternativas viables al G8
Varias decenas de miles de personas asisten a la contracumbre que ayer arrancó en la ciudad alemana de Rostock. A unos veinte kilómetros está atrincherado, detrás de una valla artificial, el grupo de los siete estados más industrializados del mundo y Rusia, el denominado G8. Los activistas antiglobalización tienen prohibido acercarse a la valla, ante el temor de que pudieran invadir la zona especial de seguridad establecida con motivo de la reunión.
Ingo NIEBEL | COLONIA
Los disturbios que se produjeron el fin de semana al margen de la primera gran manifestación contra la cumbre del G8 en Alemania siguen dominando las noticias de los medios de comunicación germanos. En Berlín reina el temor de que las imágenes de las batallas campales entre policías y «autónomos» se repitan y dañen la imagen del país que quiere dar el Ejecutivo de Angela Merkel. Por eso, se ha dado carta blanca a las fuerzas de seguridad para que procedan con contundencia de cara a evitar lo que para Berlín sería un mal mayor. El tema de la seguridad ha acaparado de tal manera la información sobre la contracumbre, que los medios apenas informan de los contenidos.
Se trata de una amplía alianza antiglobalización de organizaciones políticas, eclesiásticas, sindicales, antirracistas, no gubernamentales, ecologistas... que reúnen a miles y miles de personas en la ciudad báltica de Rostock y que ayer iniciaron la contracumbre, el principal acto contra la cumbre del G8, con acusaciones a la Unión Europea, en especial por su política agraria, y a EEUU.
En víspera del arranque de la cumbre oficial, el relator de ONU para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, abrió el evento, cuyo lema es «Pensar la globalización de diferente manera». Ziegler indicó que las subvenciones agrícolas en Europa contribuyen a que haya hambre y pobreza en el mundo y aseguró que «un niño que muere de hambre es un niño asesinado». Asimismo, denunció que el tema del hambre no suele estar en la agenda en las grandes cumbres.
El sociólogo filipino y Premio Nobel Alternativo Walden Bello, por su parte, atacó la política climática de EEUU, Alemania y la UE. Indicó que no hay diferencias entre Angela Merkel y George W. Bush en esta materia.
Hoy se constituirán varios grupos de trabajo que centrarán su actividad en cuestiones como «juntar las luchas sociales -medio ambiente, justicia social e igualdad de sexos- para lograr la justicia global», los logros del movimiento antiglobalización, la forma de hacer realidad la justicia climática, la relaciónentre la globalización y las guerras, así como las causas estructurales que motivan la fuga y emigración. Asimismo, diversos grupos de trabajo debatirán sobre el crecimiento de la pobreza en las sociedad ricas, la economización de la educación y el futuro del trabajo. La nueva estrategia comercial de la UE también será objeto de un debate crítico.
Mañana a mediodía la contracumbre terminará con un último encuentro que se desarrollará bajo el título «Hay alterna- tivas», en el transcurso de cual se presentarán propuestas concretas y viables. La feminista india y Premio Nobel alternativo, Vandana Shiva, será la encargada de clausurar la reunión.
Las voces críticas surgidas en el seno de la izquierda alemana se han referido a la presencia de la Federación de los Sindicatos Alemanes (DGB) y de los Verdes, porque la primera no se opone a la política neoliberal en Alemania y los segundos llevaron el país a dos guerras promovidas por los intereses neoliberales y neoconservadores.
«Defiendo la absoluta no violencia ejerciendo el derecho a manifestarse. Pero haré uso del derecho a la autodefensa ante una agresión ilegal, como cualquier otra persona», aclaró el cristianodemócrata Heiner Geissler.
Fermín Muguruza actuará bajo el nombre de Asthmatic Lion Sound System el 6 de junio en el campamento «Reddelich», el más próximo a la cumbre del G8. Además de sus habituales colaboradores, estará acompañado por la cantante ghanesa Baijka.
«La cumbre del G8 ya no es más que un espectáculo para los medios», sentencia el ex canciller Helmut Schmidt. Él creó junto a su homólogo francés Giscard d'Estaing los encuentros de este selecto grupo de países industrializados.
Ser una buena anfitriona es una cosa, llevarse bien con todos los invitados, otra muy distinta. La canciller alemana Angela Merkel quiere tener la fiesta en paz en Heiligendamm y al mismo tiempo presentar resultados en la cumbre del G8, aunque sin despertar grandes expectativas.
Lograr este propósito no es nada fácil, porque el enfrentamiento entre la Casa Blanca y el Kremlin por el escudo antimisiles que EEUU pretende instalar en la República Checa y Polonia aún no se ha calmado, sino más bien lo contrario. Además, está el debate sobre el clima global.
A Merkel le gustaría fijar unos parámetros claros, pero sabe que a su amigo George W. Bush no le van a gustar. Para poder afrontar cualquier eventualidad -tener un Plan B también caracteriza a una buena anfitriona- la canciller ha preparado el terreno filtrando la correspondiente información a través de la agencia estatal Dpa. Su título: «Análisis. Merkel ante la cumbre». Dpa informa que la política ha pasado mucho tiempo hablando por teléfono con sus huéspedes «para saber por donde van las líneas rojas de cada uno».
La agencia hace creer que Merkel opina que, gracias a ella, Bush ha cambiado su postura respecto a la cuestión climática. «Cuando al final de la reunión saquemos la cuenta de dónde hemos estado antes de la cumbre y dónde estaremos después, pienso que habremos avanzado un paso» dice la jefa del Gobierno. A pesar de este optimismo, la Cancillería hace saber, que el G8 no aceptará los objetivos climáticos de la UE. Sin embargo, Berlín no descarta que se pueda producir alguna sorpresa y que, al final, sí habrá cifras concretas sobre la mesa, informa Dpa.
Desde Japón llega la noticia de que el primer ministro, Shinzo Abe, quiere tomar la iniciativa en la cumbre. Según Tokio, EEUU y la Unión Europea mantienen aún posiciones muy opuestas respecto al calentamiento global. «Por eso, Japón tiene que encaminar a todos los países en una dirección aceptable» manifestó Abe antes de emprender el viaje a Alemania.
No obstante, el encuentro de Heiligendamm forma parte de la política exterior alemana. Y ésta, igual que todas las demás, se caracteriza, ante todo, por gestos. Uno de ellos es el previsto almuerzo con Bush, que tendrá lugar hoy antes de la apertura oficial de la cumbre. Por la tarde, Merkel se reunirá con su homólogo ruso, Valdimir Putin.
A lo mejor va a sondear el clima entre ambos mandatarios para evitar que en el blanco hotel de Heiligendamm den inicio a una nueva Guerra Fría. Pero la intención de la canciller alemana podría ser otra. Según revela Dpa, a Merkel le impresionó mucho que en su primera cumbre, en 2006 en San Petersburgo, el grupo de jefes de Gobierno se quedara solo, sin sus ayudantes. Sólo los intérpretes pueden estar presentes para que los ocho puedan conversar de forma confidencial.
La Corte Constitucional sentenció ayer que sólo 50 personas pueden manifestarse frente a la entrada del aeropuerto de Rostock. Los manifestantes tienen que identificarse ante la Policía y permitir un exhaustivo registro. Otra movilización puede llevarse a cabo a medio kilómetro de distancia del aeropuerto.
El máximo tribunal falló también que sólo un grupo de 15 manifestantes puede acercarse a la valla de Heiligendamm, siembre bajo protección policial y después de haber cumplido las mencionadas normas impuestas por los jueces.
Los activistas antiglobalización pretendían reunir a 1.500 personas en las cercanías del aeropuerto y trasladarse con miles hasta la valla «para acorralar al G8». Sin embargo, los jueces consideran que, con sus restricciones, se ha respetado el derecho a la libre expresión de los manifestantes.
Mientras tanto, políticos de la Gran Coalición de la canciller Angela Merkel (CDU) están deliberando sobre nuevas tácticas y armas para las fuerzas policiales. El cristianodemócrata Ole Schröder, su correligionario, ha propuesto que el grupo de élite de la Policía, el GSG9, actúe contra los manifestantes violentos. El socialdemócrata Sebastian Edathy ha tenido la idea de equipar a la Policía alemana con pelotas de goma, cuando hasta el momento empleaba sólo sus porras. El ex secretario general de la CDU, Heiner Geissler, que acaba de afiliarse al grupo antiglobalización Attac, ha dicho en una entrevista que los activistas pacíficos deberían cooperar con los agentes, entregándoles a los violentos.
«Hoy en día los jefes de Gobierno y Estado del G8 quieren dirigirse a la opinión internacional. Por eso no pueden reunirse en un submarino», comenta el ministro del Interior alemán. Wolfgang Schäuble, ante las críticas de Schmidt.