El Ejército libanés volvió a bombardear el campamento de refugiados palestinos de Nahr al-Bared. Durante la mañana de ayer se pudieron oír tiroteos y explosiones esporádicas, mientras soldados libaneses atacaban con artillería las posiciones de los milicianos de Fatah al-Islam. En los últimos días, el Ejército ha incrementado su ofensiva. Se estima que más de un centenar de personas han muerto en los enfrentamientos que comenzaron el 20 de mayo. Y mientras prosiguen los combates, aumentan las voces de alarma sobre la situación en los campamentos.

Condiciones «miserables»

El Organismo de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (OOPS, por sus siglas en inglés), solicitó a la comunidad internacional de donantes que aporte de manera urgente fondos por valor de 12,7 millones de dólares para atender a los refugiados de los campamentos del norte de Líbano. Alrededor de 27.000 personas han abandonado Nahr al-Bared. La comisionada general de la OOPS, Karen AbuZayd, alertó de que «la situación de estas personas se ha deteriorado gravemente y que sus condiciones de vida son precarias».

Esta situación ha provocado el hacinamiento en otros campos como el de Bedawi. Precisamente, la sección libanesa de Cáritas calificó de «miserables» las condiciones en los campos, que «están absolutamente saturados e incapaces de acoger a nuevos refugiados, cuyas necesidades diarias son inmensas».