Sabemos qué hay que hacer para ganar al Tau», sentenció Dusko Ivanovic tras igualar la serie y hacerse el Barça con el factor cancha el pasado domingo. Sorprende que un técnico comedido como el montenegrino, aunque lacónico, se mostrara así de contundente. Como si hubiera visto la luz o encontrado la piedra filosofal. O a Navarro y Marconato.

Lo cierto es que en estático, el Baskonia sufre muchísimo. Como ya sucediera ante Panathinaikos en la Final Four, ni Rakocevic ni Erdogan salían con ventaja -arman el brazo muy fácil, pero si sus pares logran pasar los bloqueos...- y entonces, a encomendarse a San Luis -ni tan mal si le defiende Fran Vázquez, que ni le ve-. Por contra, Lakovic y Basile sí lanzaban cómodos, mientras Navarro... bueno, porque las clava todas, tire bombas o piedras, que si no, se estaba enterrado en el banco per secula seculorum y no el medio tiempo que le bastó en Gasteiz para irse a los 22 puntos.

Pero mención especial merece Denis Marconato. Porque el italiano jugó su mejor partido al menos desde que está en Barcelona. Recuperó su mejor faceta intimidadora -cuatro gorros- y se mostró inusualmente efectivo en ataque, con su primer triple ACB y cuatro tiros libres que mataron el partido. Además, su conexión poste alto-bajo con Trías fue más efectiva que la que forman Scola y Splitter -despistado atrás y estropeando al final su buena línea desde los libres-.

Pese a todo, el Barça tampoco refrendó su neta superioridad en la cancha de igual manera en el marcador. A duras penas, pero el Tau se mantuvo en el encuentro. También tras el arreón culé, al reaccionar con una zona 2-3 -¡con Erdogan abajo a la izquierda!-. Incluso Prigioni tuvo el triple para el tembleque blaugrana.

Pero no hubo tal e Ivanovic demostró saber cómo ganarle a su ex equipo. Al menos, una vez.