Ernesto Carratalá recoge en un libro su periplo por cinco cárceles franquistas
Iker IRIARTE
«Memorias de un piojo republicano». Así se llama el libro autobiográfico de Ernesto Carratalá, quien tras alistarse en el quinto batallón republicano en la Guerra del 36 y caer preso de su «enemigo mortal», comenzó un «periplo carcelario» que durante siete años lo llevó a ser «huesped» de cinco cárceles franquistas: el penal de Burgos, el fuerte Ezkaba, la isla de San Simón, el penal de Astorga y la Cárcel Modelo de Barcelona.
Carratalá comenzó ese recorrido el 25 de julio de 1936 en la cárcel de Burgos, y lo finalizó en Barcelona el 5 de julio de 1943. Tras pasar varios meses en Burgos fue llevado a Ezkaba, donde, recuerda, pasó los peores momentos de esa penosa etapa. «La penumbra era general en todas las brigadas, especialmente en la primera. La avitaminosis y el frío húmedo hacían estragos en el invierno pamplonés (...) Las chinches y los piojos dominaban la situación y el único insecticida eran las uñas», refleja en su libro. Además, Carratalá se enorgullece de haber vivido «la fuga más eletrificante y la menos aparatosa de las registradas nunca en la Península Ibérica».