TRAS EL FIN DEL ALTO EL FUEGO DE ETA
Zapatero y Rajoy se reśnen hoy para tratar el fin del alto el fuego de ETA
Casi una semana después de que ETA anunciara el fin del alto el fuego que entró en vigor el 24 de marzo de 2006, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy, volverán a reunirse tras meses de duros reproches entre ambos mandatarios.
GARA | GASTEIZ
Dos días después de que con un duro discurso, en el que afirmó que será «implacable» en su actuación contra ETA, tendiera la mano al PP sin exigir condiciones ni rectificaciones, José Luis Rodríguez Zapatero recibe hoy a Mariano Rajoy para abordar la situación abierta tras el fin del alto el fuego de la organización armada. La cita será a las 11.00 horas en el Palacio de La Moncloa, y el líder del PP acudirá después de meses de duros ataques al jefe del Ejecutivo, siempre valiéndose de la situación política en Euskal Herria.
En las horas posteriores al anuncio de ETA de que daba por concluido el alto el fuego decretado en marzo de 2006, el presidente español ha insistido en defender su gestión en estos casi quince meses, y en hacer de la organización armada la única responsable del colapso del proceso. Asimismo, Zapatero ha acusado al PP de practicar un «ataque permanente» contra su Gabinete en todo este tiempo, y ha expresado su convicción de que la situación política vasca será utilizada por ese partido para arremeter contra el Gobierno. El sábado, sin embargo, en la reunión del Comité Federal del PSOE, el mandatario mostró un tono más conciliador con el principal partido de la oposición e hizo un llamamiento a la «unidad» y al «diálogo sin pugna pública».
Contra ANV
El máximo dirigente del PP, por su parte, llega a La Moncloa después de que en los últimos días diferentes representantes de este partido hayan reclamado al Gobierno de Zapatero que haga lo posible para evitar que los cargos electos de ANV tomen posesión de sus cargos.
A este respecto, el PP ha situado la actuación contra la histórica formación abertzale, que en los comicios del 27 de mayo obtuvo el respaldo de más de 187.000 ciudadanos y ciudadanas vascas, como premisa para respaldar al Ejecutivo, al que ha reclamado que acuda a la Sala del 61 del Tribunal Supremo.
Ayer, la vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega declaró, respecto al encuentro entre ambos mandatarios, que espera que «esta vez la oposición no defraude a la sociedad». «No es posible que sigan ocurriendo cosas como que el principal partido de la oposición rompa el consenso antiterrorista. No debe ni puede volver a ocurrir», señaló en una entrevista concedida a «La Vanguardia». A este respecto, De la Vega valoró que «mañana hay una nueva oportunidad en la entrevista entre el presidente del Gobierno y el señor Mariano Rajoy», aunque «esta reunión viene precedida de declaraciones que parece que no avalan el éxito del encuentro, porque ya se habla de condiciones».
Para la vicepresidenta española, «si el PP tiene la voluntad política de apoyar al Gobierno, habrá acuerdo», aunque matizó que «esta voluntad se tiene que expresar en el reconocimiento de que es el Gobierno quien dirige la política antiterrorista. Primero esto, luego ya hablaremos de sumar voluntades».
El PSE quiere «pasar página»
Desde el PSE, el portavoz de su Ejecutiva, Rodolfo Ares, expresó su deseo de que Rajoy muestre hoy «altura de miras y responsabilidad» para apoyar al Gobierno de Zapatero.
Según apuntó Ares, «nos gustaría poder pasar página, aunque no vamos a olvidar el pasado», y pidió que el PP «esté, como el resto de los partidos, al lado del Gobierno, porque tiene que optar por no seguir en una estrategia de acoso y derribo, utilizando el terrorismo, que es algo que todos los ciudadanos rechazan». Para el dirigente del PSE, tras el fin del alto el fuego, «hay que actuar con todos los instrumentos que tiene el Estado de Derecho, con todos los medios que nos da la Ley contra quienes cometen actos terroristas, contra quienes los planifican, los amparan, los justifican o les dan cobertura».
Por parte del PP, Carmelo Barrio, pidió a Zapatero que «rectifique» su política, y que «la derrota de ETA, y no la negociación con la banda terrorista, sea su hoja de ruta». «Ya no valen los discursos. Zapatero tiene que demostrar con hechos que el marco de actuación es el discurso de la derrota de ETA y reconocer el de la negociación ha sido un error y un fracaso», señaló.
El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, aseguró que el Gobierno español «pondrá todo lo que está en su mano para recuperar la unidad que nunca se tenía que haber perdido» y pidió que «se inicie una nueva etapa».
El portavoz del PP en la CAV, Leopoldo Barreda reclamó al Gobierno del PSOE que «rectifique su política» y que, en primer lugar, «impida que tomen posesión de sus escaños quienes han acreditado que son la voz de los terroristas».
El de hoy es el octavo encuentro que Zapatero y Rajoy mantienen a solas desde que el secretario general del PSOE accediera a la presidencia del Gobierno español en abril de 2004.
ANV acusó ayer al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de «poner obstáculos al diálogo» tras el encarcelamiento del portavoz e interlocutor de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi y tras acometer otra actuaciones de carácter represivo en las últimas jornadas.
En una comparecencia pública realizada en las escalinatas del Ayuntamiento de Bilbo, la juntera electa de la formación abertzale por Bizkaia Arantxa Urkaregi recordó los datos de la última encuesta del Gobierno de Lakua, según la cual, el 94% de los ciudadanos se declara favorable al diálogo entre las formaciones políticas.
A este respecto, la electa abertzale denunció que «el PSOE ha dicho no a ese deseo absolutamente mayoritario de la ciudadanía vasca, ha dicho no al diálogo y, por eso, ha encarcelado a Arnaldo Otegi, al interlocutor necesario, según las palabras del señor Zapatero».
Agregó, en este sentido, que por el mismo motivo «ha llevado de nuevo a la cárcel a Iñaki de Juana o realiza detenciones en el Estado francés, para poner nuevos obstáculos al diálogo y dejar bien claro que la única vía que tiene abierta el Estado español es la vía represiva».
Urkaregi tuvo también duras palabras para el PNV, y apuntó que «mientras detiene y encarcela», la formación que lidera Josu jon Imaz «se dedica a decir que no hay interlocutor válido en la izquierda abertzale». «Desde aquí le decimos al señor Imaz que nosotros, todas las personas elegidas en las listas de ANV el pasado 27 de mayo, vamos a ser interlocutores válidos en la resolución del conflicto», señaló como réplica al líder jeltzale.
La portavoz independentista declaró también que los representantes de ANV son y seguirán siendo «firmes defensores del diálogo y del acuerdo político entre todas las fuerzas políticas, sin exclusiones», y recordó, asimismo, que «ése fue el compromiso que adquirimos en las elecciones y es el que hoy ratificamos: convertir nuestros votos en un firme impulso al proceso de resolución del conflicto». En esta línea, se comprometió a «impulsar el diálogo sin exclusiones, ahora, en estos momentos, si cabe, con más fuerza», ya que «es la única vía para resolver los conflictos políticos».
«Lo vimos en Irlanda y lo veremos aquí, en Euskal Herria -manifestó-. El acuerdo político es posible». A su parecer, «se trata de que el PSOE, el PNV, y todas las fuerzas políticas se sienten en torno a una mesa para debatir y acordar la forma en la que nuestro pueblo, Euskal Herria, va a decidir su futuro».
En este sentido, destacó que la izquierda abertzale «ya ha puesto sobre la mesa su propuesta: un estatuto de autonomía para Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, un estatuto que reconozca a la ciudadanía el derecho a decidir su futuro y que precisa de la aprobación de la mayoría de la ciudadanía de Nafarroa y de la CAV para que se ponga en marcha».
Una propuesta «de transición», ya que «la izquierda abertzale no ha puesto encima de la mesa su proyecto político independentista, sino una propuesta que posibilita todos los proyectos políticos».
Arantxa Urkaregi criticó que el PNV y el PSOE se han negado a discutir sobre la propuesta de autonomía a cuatro con derecho a decidir de la izquierda abertzale y que, además, no han puesto ninguna alternativa encima de la mesa.