El maillot naranja no ha sido protagonista en la Euskal Bizikleta. El Euskaltel-Euskadi salía con el objetivo de disputar la vuelta y ha sufrido un revés que certifica la debilidad del equipo cuando Samuel Sánchez no está al 100%. Las cuatro victorias en el UCI Pro Tour salvan la cara y no se puede negar voluntad a los corredores. Sin embargo, últimamente las carencias han quedado de relieve.

Es verdad que ganar etapas en Tirreno-Adriático, País Vasco, Romandía y Volta a Catalunya, todas vueltas Pro Tour, son un brillante bagaje, y son chispazos gracias al genio y la calidad de Koldo Fernández de Larrea, Antón y Samuel. El equipo suma cinco victorias -Unai Etxebarria ganó en Mallorca-, balance superior al pasado año, aunque la sensación que queda es de debilidad en las últimas carreras. Igor González de Galdeano y Miguel Madariaga esperaban más de muchos.

Actitud no se puede negar a los naranjas. Muchas veces, sin embargo, la combatividad no es suficiente. La Euskal Bizikleta ha sido un fiel reflejo. Ha sido querer y no poder. El lema en la salida era «salir a ganar», pero Samuel no puede siempre sacar las castañas del fuego.

Y es que no hay ganadores en el Euskaltel-Euskadi. De los 30 corredores de la plantilla, sólo 11 han ganado en profesionales y nada más que Antón, Bru, Etxebarria y Samuel suman más de tres victorias en su palmarés.

La bisoñez es evidente, y también la falta de especialidad, tal y como ha quedado reflejado en las clásicas. Primero, en Amstel, Flecha y Lieja, donde Samuel, enfermo, no pudo estar con los mejores, y en las de pavé el mejor puesto es el 40º de Irizar en Flandes. Las cronos por equipos es otro lunar que González de Galdeano no logra corregir.

Por otra parte, sólo Astarloza ha rendido al nivel esperado entre los fichajes. Galdos y Bru no terminan de levantar cabeza, igual que Aranaga, y las caídas han mermado a Azanza o Galparsoro. En ese sentido, las caídas, las enfermedades y las lesiones han sacudido con saña al conjunto vasco.

Por lo menos, el bloque que va a disputar el Tour sí transmite buenas sensaciones. Zubeldia va a más y Antón ilusiona. Y González de Galdeano transmite firmeza y confianza. Pero le hace falta tiempo para moldear un equipo más competitivo.