La estadística de esta temporada decía que el piloto que lograba la pole no ganaba la carrera. En el Gran Premio de Catalunya esta máxima volvió a cumplirse y el que venció fue el australiano Casey Stoner, que ayer, partiendo de la segunda línea, sentó sus reales con una gran victoria en Montmeló, abriendo brecha sobre sus rivales en la clasificación de Moto GP.

Valentino Rossi, el más rápido en los ensayos cronometrados, partía desde la primera posición de la parrilla, pero se vio superado en la salida por el propio Stoner y Dani Pedrosa.

El heptacampeón del mundo no pudo ganar tras ser el mejor en la víspera y ya van cuatro Grandes Premios en los que Rossi hace el mejor tiempo en los entrenamientos y después no consigue subir a lo más alto del cajón.

No fue porque Il Dottore no lo intentara. Se fajó con Stoner durante buena parte de la prueba, con Pedrosa como convidado de piedra. El catalán, que lleva toda la temporada peleándose con su Honda, se pegó a la rueda de sus dos rivales y dejó que ambos se buscarán para ver si podía sacar algún provecho de la refriega.

Stoner, el único de los pilotos de cabeza que montó un neumático trasero intermedio, recuperaba en las rectas lo que Rossi le arañaba en cada curva, gracias a la mayor velocidad punta de su Ducati, que a estas alturas de la temporada sigue yendo como un tiro.

El campeón italiano, después de incordiar al australiano durante varias vueltas, no pudo intentarlo en el último giro, ya que Stoner se encargó de mantenerlo lejos. El oceánico consolidó aún más su liderato en el Mundial, donde ya saca 14 puntos a Rossi y 42 a Pedrosa.

Detrás de los tres primeros entró el estadounidense John Hopkins y la Kawasaki del francés Randy de Puniet, quien se quitó un peso de encima cuando Toni Elías rompió el motor de su Honda.

El rodillo lorenziano

Jorge Lorenzo, tras la polémica de la última carrera, volvió a demostrar su supremacía en los 250 centímetros cúbicos.

El líder del cuarto de litro conquistó por fin el circuito de Montmeló con una autoridad incontestable, protagonizando una carrera sin demasiada historia en la que hizo valer la pole para lograr su quinta victoria de la temporada en las siete pruebas disputadas y afianzarse en la primera posición.

Empeñado en borrar cuanto antes el mal sabor de boca que le quedó en Mugello, Lorenzo ejecutó un auténtico monólogo en el Gran Premio de Catalunya. Dominó de principio a fin y firmó una carrera sin fisuras por delante de Alex de Angelis y Andrea Dovizioso, sus perseguidores en el Mundial, resignados a la fuerza imparable del «rodillo lorenziano».

Por último, en esa marabunta de suicidas al que llaman Mundial de 125 centímetros cúbicos, el japonés Tomoyoshi Koyama se hizo con la victoria en otra carrera que se decidió en lo que un suspiro, ya que el podio se completó con una diferencia de 131 centésimas después de continuos adelantamientos. Detrás del japonés de KTM entraron el húngaro de Aprilia Gabor Talmacsi y el compañero de equipo de Koyama, el sorprendente Randy Krummenacher.

Talmacsi, el más regular, vuelve a encabezar la clasificación del octavo de litro, con 115 puntos, seguido a cierta distancia por Héctor Faubel y Lukas Pesek.