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BILBO

Invocaciones rojiblancas a la Amatxu tras el pacto PNV-EB

Un día después del 707º aniversario de que el riojano Diego López de Haro otorgase la Carta Puebla a Bilbo, el alma de los villanos estuvo más pendiente de lo que suceda hoy en San Mamés que de lo vivido ayer en su Casa Consistorial.

Agustín GOIKOETXEA

El pacto de PNV con EB-Aralar para aupar a Iñaki Azkuna a la Alcaldía restó ayer cualquier elemento de sorpresa a la sesión constitutiva de la Corporación bilbaina, en la que los jeltzales se encargaron de invitar a tal evento a familiares y allegados de los concejales, impidiendo el acceso a los vecinos que luego dijeron van a defender durante cuatro años; también de organizar un dispositivo de Ertzaintza y Policía Municipal que dejó muchas zonas del Botxo desprovistas de seguridad.

Tres protagonistas hubo en la sesión, por mucho que algunos hubieran querido quedarse con la pareja. El principal, que no se pudo obviar, la situación clasificatoria apremianta del Athletic, provocó invocaciones de Azkuna a la Amatxu de Begoña para que «empuje el balón, por lo menos un par de veces» en la Catedral»; o que el portavoz del PSE, Txema Oleaga, optase por las metáforas futbolísticas para ofrecerse a «sudar la camiseta cada minuto» para no defraudar a los bilbainos.

Antonio Basagoiti (PP), que tras doce años en el Consistorio descubrió ayer que la portavoz de Ezker Batua-Aralar se llama Julia Clara Madrazo, deseó a los leones «suerte mañana en San Mamés, porque será suerte para Bilbao», concluyendo su intervención con un «Gora Bilbao!» y otro «Aupa Athletic!».

Menos deseada por los nuevos munícipes fue la representación ekintzale, que trató sin éxito de acceder a una casa consistorial transformada en cuartel, a la que entraron tan sólo medios de comunicación acreditados e invitados. De la izquierda abertzale no hubo, a pesar de solicitarlo jornadas atrás.

Media hora antes del inicio de la sesión, los dos electos de ANV, Zuriñe Zorrozua y Borja Sarrionaindia-Ibarra, con la Propuesta para un Nuevo Marco Democrático en la mano, trataron de acceder al ayuntamiento, lo que fue impedido por un importante contingente de la Ertzaintza. Frente a los policías embozados, Zorrozua denunció que el resto de fuerzas políticas están dispuestas «durante otros cuatro años a no respetar los derechos civiles y políticos» de los 12.717 bilbainos que depositaron su voto en favor del proceso y la democracia para Euskal Herria.

La cabeza de lista ekintzale anunció que, a pesar de los obstáculos, «quedan cuatro años por delante y estaremos presentes», reafirmando su compromiso de llevar «hasta el último extremo la Propuesta de Marco Democrático».

Poco después comenzaba un pleno constitutivo en el que el candidato a la reelección parecía tener prisa por recuperar la makila de mando y ser el alcalde que más tiempo ha ocupado el cargo, por delante de Federico Moyúa. Al poco de jurar todos los nuevos corporativos, Azkuna espetó al secretario acerca de los pasos siguientes y dónde estaban las papeletas para que él y los otros 14 regidores escribiesen su nombre. Luego, pidió brevedad en los discursos de los portavoces, algo que tan sólo cumplió su socia, Julia Madrazo, y sirvió para que posteriormente reprendiese a Oleaga por su intervención. Basagoiti dijo que «iba a ser breve».

En la votación, Iñaki Azkuna obtuvo los apoyos de PNV y EB-Aralar (15) mientras PP votó a su cabeza de lista (7) y PSE lo hizo en blanco (7). Una vez con los atributos de primer regidor, el galeno metido a político agradeció «al pueblo de Bilbao su confianza en mí, a mi partido PNV-EAJ por presentarme a las elecciones y a Ezker Batua por el compromiso que hemos adquirido para compartir gobierno». Desde la calle llegaron los gritos denunciando el «apartheid».

 

 

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