Ramón SOLA

Diez minutos bastaron para confirmar que Yolanda Barcina seguirá siendo alcaldesa de Iruñea los próximos cuatro años. En una sala repleta de cargos de UPN y otras autoridades que encontraron ayer en Iruñea el mayor motivo de celebración de toda la jornada, los cuatro conce- jales del PSN confirmaron su decisión de dar la espalda a la opción de cambio al eludir apoyar la candidatura de Uxue Barkos (NaBai), que sí obtuvo los votos de ANV.

Existía expectación por conocer la versión de Javier Torrens, cabeza de lista del PSN y desaparecido desde el final de campaña, a la espera de que la dirección federal del PSOE decidiera qué hacer en Iruñea. Torrens dejó claro que no aceptará la oferta de UPN para conformar un ejecutivo de coalición; al contrario, piensa en «hacer nosotros una labor de complementariedad y de gobierno responsable, plural y diverso» desde la oposición. «Vamos a gobernar todos, pero no unos contra otros o un grupo mayoritario sobre los demás, sino con un gobierno compartido. Es lo mejor que le puede pasar a Pamplona», añadió.

Su intervención resultó muy coincidente con la de Uxue Barkos. La candidata frustrada a la Alcaldía apuntó que «hoy empieza una legislatura que tiene otro tono marcadamente diferente: el cambio será desde la oposición». Señaló que así se lo había hecho saber a Barcina cuando ésta entregó, concejal por concejal, la medalla acreditativa del cargo. Mariné Pueyo, de ANV, aprovechó el momento para intentar hacerle llegar la Propuesta de Marco Democrático, presentada por la izquierda abertzale en el Anaitasuna para un acuerdo político resolutivo. Sobra decir que la alcaldesa no recogió el texto.

«Por acción o por omisión»

Con Barkos y Torrens dedicados a mirar hacia el futuro, la denuncia de la continuidad de Barcina quedó exclusivamente en manos de ANV. Pueyo censuró que «se ha consumado un gravísimo fraude democrático contrario a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía». Y aseguró que «la responsabilidad es compartida entre PSN y NaBai, por acción y por omisión. Y además en un contexto plagado de medias verdades». Para justificarlo, citó el giro dado por el PSOE, pero aludió también a la negativa de Barkos a hablar con ANV: «Es evidente que también ha faltado a su palabra. Patxi Zabaleta dijo además que el Ayuntamiento de Iruñea se debía negociar en el mismo paquete que el Gobierno de Navarra, y por la tarde Uxue Barkos, desde Madrid, decía lo contrario. ¿Es éste todo el esfuerzo que iba a dedicar en favor del cambio?».

En cualquier caso, ocasiones de probar hasta dónde llega esa voluntad de «gobierno desde la oposición» no van a faltar. En la próxima sesión, por ejemplo, ya se anuncia una propuesta para reinstalar la estela en honor de Germán Rodríguez, retirada por el Gobierno de UPN-CDN, antes del aniversario de su muerte, el 8 de julio. Un tema con gran carga simbólica.

En el salón de plenos hubo muy poco de nuevo. Yolanda Barcina tomó la vara de mando por tercera vez e intervino en su línea habitual, reclamando que «tenemos que ser los primeros en mostrar firmeza ante ETA» y señalando con el dedo a ANV al exigir «la reprobación de quienes pretendan aprovecharse de este ayuntamiento para dar cobertura a los terroristas». Pueyo, desde la Plaza Consistorial, le replicó que con el retorno de la izquierda abertzale a UPN «le sale un grano donde más le duele».