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Recala en Bilbo el primer hospital en alta mar para la recuperación de la fauna marina

El muelle Ramón de la Sota del Museo Marítimo de Bilbo recibió ayer al Vell Marí, un velero científico convertido en el primer hospital en alta mar para la recuperación de la fauna marina. Permanecerá en aguas vizcainas esta semana y el lunes pondrá proa a Donostia.

Anjel ORDOÑEZ

Investigación, educación medioambiental y rescate de especies en alta mar. Con este triple objetivo a bordo navega desde hace ya quince meses el Vell Marí, un velero científico que fondeó ayer sus 17 metros de eslora en la ría bilbaina, donde permanecerá hasta el viernes para dar a conocer sus actividades a la población vizcaina.

Este proyecto, del que es responsable la catalana Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos -con el apoyo de la Obra Social de La Caixa-, ha convertido al velero en cuestión en el primer hospital en alta mar para especies amenazadas.

Hasta la fecha se habían desarrollado en este campo actuaciones científicas que no pasaban de la observación y prevención de las actuaciones humanas perjudiciales para la fauna marina. El Vell Marí ha dado un paso más al transformar su cubierta en un quirófano en el que los veterinarios del proyecto atienden y curan a las especies heridas, normalmente por los anzuelos de los pescadores. Los más mimados por los tripulantes son tortugas, delfines, ballenas, tiburones, focas, rayas y otras especies amenazadas.

El barco está dotado de sistemas de alta tecnología y con equipos clínicos avanzados, preparados para anestesiar e intervenir a los animales heridos. Mesa de operaciones, material de sueroterapia y rehidratación, recuperadores cardiorrespiratorios, equipo de hematología... Con este auténtico hospital naval, el velero ha recorrido ya más de 10.000 millas por aguas del Mediterráneo, del Atlántico y del Cantábrico.

Campañas educativa y divulgativa

La biodiversidad marina está sufriendo una preocupante regresión, motivada principalmente por la negativa intervención del ser humano. Un estudio realizado por la Universidad de Halifax, publicado por la revista «Science», asegura que de seguir el actual ritmo de explotación de los recursos del medio marino el 90% de las especies comerciales desaparecerá en el año 2.048.

Éste es uno de los principales argumentos con los que los responsables de este proyecto desarrollan una parte muy importante de su misión: la educativa. En Bilbo, cerca de setecientos escolares de educación primaria y secundaria visitarán estos días el Vell Marí, donde tres monitores especializados en educación medioambiental les explicarán la importancia de conservar la biodiversidad marina. También incidirán en las soluciones que están en manos de todos para paliar los efectos dañinos de la actuación humana.

El segundo colectivo al que se dirige de forma específica este programa es el de los pescadores. Para ellos está pensada una campaña divulgativa que incrementará, si cabe, la concienciación «por el respeto a los mares y la formación de las buenas prácticas de actuación de los pescadores», como estrategias básicas para reducir el impacto que provoca esta actividad económica.

En este ámbito se proponen objetivos como la protección de las poblaciones explotadas, el incremento de la pesquería mediante la dispersión de adultos y juveniles hacia otras zonas, la protección de hábitats sensibles, la recuperación de ecosistemas alterados y la promoción de la biodiversidad.

Imágenes y sonidos del fondo marino

Una de las joyas del equipo del Vell Marí es el «ROV», un vehículo subacuático de operación remota, dotado de una avanzada tecnología que le permite la grabación de imágenes de las desconocidas profundidades marinas. Este robot submarino dispone de un cable de 500 metros de longitud y cuenta con cuatro potentes focos y dos cámaras de alta precisión que pueden recoger imágenes durante horas y sin interrupción. Además, sus propulsores le permiten desplazarse a gran profundidad con precisos movimientos verticales, horizontales y laterales.

El velero científico está equipado también con un moderno sistema que le permite, a lo largo de su travesía, captar y registrar los sonidos que emiten las diferentes especies de cetáceos, así como realizar un estudio sobre estos sonidos y la contaminación acústica que sufre el mar.

La combinación de ambos aparatos proporciona al Vell Marí la posibilidad de obtener una exacta radiografía de los fondos marinos sobre los que navega.

 

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