El Photomuseum de Zarautz expone hasta el próximo 22 de julio la muestra «Hacia la imagen en movimiento», una mirada al «larguísimo camino recorrido por el ser humano en el afán de producir la imagen en movimiento». Este recorrido tiene dos logros claves: el primero vino cuando se consiguió la imagen mecánica mediante la fotografía. El segundo fue consecuencia del primero, «cuando la fotografía, mediante el mecanismo adecuado, nos proporciona la sensación de movimiento», según explica el folleto editado por el museo con motivo de esta muestra.

Una vez alcanzado este objetivo, «tanto sus frutos iniciales como su perfeccionamiento han sido y son motivo de rigurosos estudios que ha creado una bibliografía especializada considerable».

Los objetos que reúne la muestra recien abierta al público conforman este trayecto y son precursores del actual cinematógrafo. Todos forman parte de una colección adquirida por la Diputación Foral de Gipuzkoa que ha sido depositada para su exhibición y estudio en el Photomuseum. «Ésta es la primera entrega de una colección extensísima», señalaron a GARA responsables del museo.

Así, en la exposición se exhiben especímenes de sombras chinas, sombras sediciosas o subversivas, sombras blancas, teatros infantiles de sombras, sombras de mano, vistas ópticas, cajas ópticas, polioramas, grafoscopios, peep-egg, diafanoramas, caleidoscopios, anamorfos, metamorfosis, mirioramas, dioramas, estereografoscopio, microvistas, siluetas, cámara clara, cámaras oscuras, fisionotrazos, litofanias, daguerrotipos, ferrotipos, visores estereoscópicos, anaglifos, discos cromáticos, fenaquitiscopios, zootropos, motuscopio, kinoras, folioscopios e imágenes reticulares.

Algunos de los «inventos» que conforman la muestra son muy antiguos, como la cámara oscura, del siglo IX, el primer instrumento capaz de captar una imagen de la realidad y, por tanto, el precedente de la cámara fotográfica. Inicialmente fue utilizada con fines científicos pero luego se convirtió en un instrumento de dibujantes y grabadores.

La cronofotografía, inventada por Etienne-Jules Marey en 1882, es una técnica que permite impresionar sobre una misma placa de vidrio o sobre una película fotosensible la secuencia fotográfica de un cuerpo en movimiento. Es el precedente de las películas cinematográficas.

El kinetoscopio, patentado por Edison y Dickson en 1891, es el primer aparato para visionar de manera individual películas continuas a una velocidad de 40 imágenes por segundo. A partir de 1984, empezó a funcionar con monedas en locales públicos.

El teatro óptico, inventado por Reynaud en 1889, es un espectáculo permanente de proyección de dibujos animados con una duración de entre 6 y 15 minutos, conocido como «Pantomines Luminieuses». El Museo Grevin de París acogió 12.800 representaciones entre 1893 y 1899, a las que fueron más de medio millón de espectadores. Además, se incluyen las biografías de personajes claves en esta evolución, como Reynaud, Daguerre y Edison.