Zaldibia volvió a confirmar ayer que si existe una verdadera voluntad política se puede hacer respetar la voluntad popular expresada en las urnas el pasado 27 de mayo, sin que para ello haya que incumplir la legislación española, tal y como aluden algunas formaciones para argumentar su negativa a constituir unos «consistorios democráticos». En la formación, ayer, del Ayuntamiento de Zaldibia se escenificó el acuerdo logrado entre Aralar y ANV para constituir un equipo de gobierno entre ambas fuerzas, en base a la premisa escrupulosa de la necesidad del consenso para la toma de decisiones municipales.

Mientras, gracias a que tampoco en la segunda vuelta de ayer no acudió ningún electo de PNV, EA y EB a recoger las credenciales de edil al Consistorio de Ondarroa, existe una oportunidad real, también en el municipio costero, de respetar la voluntad de la ciudadanía. Se ha abierto una opción, aunque la dirección del PNV ya ha adelantado que en caso de conformarse una gestora tratará de que la izquierda abertzale no esté.

Mientras que las formaciones vascas continuaban ayer digeriendo el nuevo mapa institucional surgido después del pasado sábado, Zaldibia daba «una lección de democracia» al conformar el Ayuntamiento entre Aralar y ANV, candidatura ilegalizada por los tribunales españoles, que llenó de satisfacción, en primera instancia, a los zaldibiarras. En los comicios, obtuvieron 435 votos cada uno y, aunque en un primer momento Aralar propuso romper el empate con una consulta popular, finalmente ambas formaciones alcanzaron y plasmaron ayer un acuerdo de gobernabilidad.

Así, de las nueve concejalías de las que consta el Ayuntamiento cada partido se ha hecho con cuatro sillones. El noveno es el que de forma simbólica y por fuerza mayor ocupó el alcalde provisional de Aralar Patxi Aierbe; no hará uso de sus funciones ni recurrirá al voto de calidad de alcalde, según el acuerdo suscrito.

«Lección de democracia»

La gobernabilidad de Zaldibia se regirá durante cuatro años por una premisa democrática básica: el consenso. No habrá ninguna decisión al margen del consenso a alcanzar entre Aralar y ANV en todas y cada una de las medidas que repercutan en la vida municipal. Aunque ambas formaciones se mostraron satisfechas con el pacto, ANV insistió en que en adelante deben seguir ahondando en la tarea de constituir un Consistorio democrático, en el que los electos ekintzales sean reconocidos de forma oficial. El alcalde provisional de Zaldibia, Patxi Aierbe, consideró que Aralar está «dando una lección de democracia» y defendió que el pacto suscrito «es la mejor solución para todos porque no hay muchas más».

Otra salida es la que ya está intentando poner en marcha el EBB en Ondarroa. Aunque en el segundo intento realizado ayer para formar el Ayuntamiento costero tampoco comparecieron los representantes de PNV, EA y EB, dejando abierta así la opción de que la izquierda abertzale ostente la Alcaldía y los concejales que le otorgaron sus vecinos, el partido jelkide ya ha comenzado a asumir que se deberá encargar una gestora para el gobierno municipal. Sin embargo, no está claro el procedimiento por el que se conformaría y la dirección del PNV ya ha filtrado su intención de excluir de nuevo a la izquierda independentista.

Al respecto, la Diputación de Bizkaia ya ha consultado a la Junta Electoral sobre cómo se debe aplicar la ley española en los casos de Ondarroa y de Mendexa, donde tampoco se ha constituido el Consistorio al no acudir los candidatos jeltzales a la toma de posesión de cargos.

Tampoco está plenamente confirmado que la gestora sea el procedimiento a aplicar. Por ejemplo, en el municipio guipuzcoano de Irura, por tercera legislatura consecutiva, será la misma corporación de EH que en 1999 copó la Alcaldía quien siga gobernando, al no haberse constituido nuevas.

Renuncia en Leaburu

No han sido sólo esas tres localidades en las que los candidatos no se han hecho con los sillones que la voluntad popular no les otorgó. En este sentido, desde las direcciones de formaciones como PNV, EA o EB han apelado a «las amenazas» a sus representantes por parte de la izquierda abertzale para justificar esta situación, sin reparar en la demanda popular de respeto a la decisión de las urnas. Las advertencias que direcciones como la de PNV han hecho llegar a sus electos han causado efecto en un caso concreto: Nabarniz.

En este municipio vizcaino esta vez sí acudieron a tomar posesión de los cargos los representantes del PNV, al contrario de lo que ocurrió el sábado. Los jeltzales justificaron que se hayan hecho con los cinco sillones a través de una nota de prensa en la que hablan de evitar «males mayores», como que gracias al único voto que obtuvo pueda ser el PP quien dirija el gobierno municipal.

En otras localidades sigue habiendo vacantes dejadas por miembros de PNV, EB, Aralar, EA o Nafarroa Bai, sin que conste que se hayan puesto en marcha procedimiento para restituir de modo efectivo la voluntad de la ciudadanía. Es el caso de Leaburu, donde la plataforma Bide Berriak renunció ayer a la Alcaldía y tomó posesión de tres de los siete escaños. En base a los votos del 27-M, a esa plataforma le corresponderían esas tres concejalías (recibió 118 sufragios) y a ANV, ilegalizada, cuatro (132).

El cabeza de lista de Bide Berriak aludió también a «la presión» para no asumir la Alcaldía y afirmó, en declaraciones a Europa Press, que «hemos hablado con ellos [los de ANV] y hay que arreglarlo. Hemos dejado abierto el camino para un posible acuerdo, a un trabajo en común».

Egibar habla de «presión»

Y es que las direcciones de partidos vascos siguen achacando las renuncias a cargos a la «presión». El presidente del GBB, Joseba Egibar, consideró en una entrevista a ETB que la izquierda abertzale «ha estado presionando como en los mejores tiempos y en todos los sitios, menos donde la `legalidad española', tan denostada por ellos, les ha confirmado la posición», en alusión a los lugares en que no se vetaron listas de ANV.

Egibar consideró que el sábado quedó en evidencia «un mal escenario» por la «carga de la amenaza genérica», aunque matizó que los representantes de su partido «son conscientes de la responsabilidad que supone ir en las listas del PNV».

El dirigente de EA y consejero de Justicia de Lakua, Joseba Azkarraga, matizó en Radio Euskadi que la situación «es fruto de una Ley de Partidos que, en vez de unir, confronta», aunque precisó que «esto no es justificación para amedrentar a quienes tienen todo el derecho a ocupar sus puestos. No vamos a consentir que se amedrente perpetuamente a nuestra gente».

Desde las filas del PP se insiste en que no se debió permitir que los electos de ANV tomaran posesión de sus cargos. Para el ex ministro de Interior Angel Acebes «cualquiera que quiera derrotar a ETA tendrá que empezar por echar a ANV de los ayuntamientos». Y su compañero de partido Carmelo Barrio afirmó en Euskal Herria que «ANV llega a las corporaciones locales con el mismo comportamiento y las mismas artes de intimidación y acoso que Batasuna, con esa misma obsesión de poner el poder político y económico al servicio de ETA».