Lo que queda del Consejo de Administración de la Real y los que lo dirigen han optado por trasladar a la opinión pública medidas populistas para seguir tomando decisiones sobre el futuro del club. Que un Consejo que tenía en Miguel Fuentes y en Jesús Zamora a sus hombres fuertes de cara a la opinión pública siga sin ellos y ofrezca sus dimisiones no parece demasiado ético, pero sirve para dar a la masa social las cabezas que más solicitaba dentro de un mensaje populista lleno de elogios a la afición, de mensajes de autocrítica y de promesas de cambios. Por supuesto, sin nada de información por el momento, sobre todo en la faceta económica, que es la fundamental para que los accionistas puedan tomar decisiones. El gran problema de la Real Sociedad es que los dueños no tienen ni idea de cómo funciona este club y que no se le da la información necesaria para entender su realidad, sobre todo en el apartado económico, que es clave para que los accionistas entiendan que por posibilidades la Real está condenada a ser un equipo de la zona media baja de la tabla que no pude competir con la mayoría a la hora de fichar buenos jugadores y que tendrá problemas en el futuro salvo que haya algo milagroso que durante las últimas décadas ha llegado con la maravillosa productividad de la cantera guipuzcoana. Parece que no interesa que los accionistas tengan la información necesaria para decidir. Sólo se busca satisfacer su sed de sangre de responsabilidades con las cabezas de Fuentes, Zamora, Aitor y, probablemente, Lotina, Miguel Etxarri y Loren, éstos dos últimos a los que el Consejo atribuyó una responsabilidad que no han tenido más que para hacer informes para Lotina en el difícil mercado de invierno. Dentro de esa línea populista de satisfacer lo que le piden algunos, encaja perfectamente la elección de John Toshack como director deportivo de la Real, con lo que el Consejo se aseguraría el apoyo del DV, el medio más influyente que exigió al de Astiazaran que le fichara para sustituir a Olabe y que al no conseguirlo comenzó una campaña brutal basada en una información económica que ahora, en una situación mucho peor, parece no tener importancia. La llegada de Toshack sería un despropósito más de este Consejo. Encarar el futuro con un director deportivo de 58 años de un club de Segunda en el año 2007 en el que toda la información llega vía internet y que presume de no tocar un ordenador, que no conoce esa categoría y que sería muy difícil de compaginar con un buen entrenador por su forma de ser no parece lo mejor para la travesía del desierto. Pero como hay un mito falso de su ojo infalible para los fichajes, alimentado por los mayores responsables de la desinformación que tienen los dueños de la Real, cabe prepararse ya para la medida más populista...