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Jesús Lezaun Sacerdote

El adalid del proceso de paz, en la cárcel

Fracasado el proceso y rota la tregua, esto habrá que rehacerlo necesariamente. Porque no vamos a estar eternamente en guerra

Así es de insensata y cruel la política, o mejor los políticos. Quien nada ha hecho por la paz, Zapatero e Imaz, son el ejecutor y el garante de esa felonía. Otegi, al trullo.

Dicen que la venganza se sirve en frío. El Gobierno la sirve caliente. Los españoles son así de extravagantes y contrahechos. Para los obispos, poco perspicaces, el Gobierno no es de su agrado por su leve laicidad. En cambio nada dicen de cuando se pervierten principios fundamentales de convivencia como la venganza y el odio.

ETA, para desgracia de todos, ha roto la tregua, pero el PSOE y el PNV antes cancelaron el proceso de paz. Otegi se quedó solo en la mesa nonata de negociaciones. Ese fue el sangriento comienzo de nuestras desgracias. Porque ETA no es problema, como quiere hacer ver el Gbno., sino la consecuencia desgraciada de él. El problema es el conflicto vasco, la negación de sus derechos. Mientras eso no se afronte, aquí no habrá paz, aunque callen las armas.

Mal planteado el proceso, todo terminó como el rosario de la aurora. El Gobierno español y su socio el PNV, no dieron un solo paso. Y encima se gloriaban de ello: Hemos hecho más que nadie en anteriores treguas. Hemos reprimido más. Eso no se le ocurre ni al que asó la manteca. Reprimir más, mientras se hablaba de negociar. De locos. La cuerda se rompe irremediablemente. Zapatero ha fracasado en toda la línea.

Fracasado el proceso y rota la tregua esto habrá que rehacerlo necesariamente. Porque no vamos a estar eternamente en guerra, sometidos, sin ser reconocidos nuestros derechos, sin poder decidir sobre nosotros mismos, divididos en mil pedazos, desconociéndonos mutuamente y en perpetua tensión.

Además de establecer mal los elementos del proceso, se asumieron principios insensatos y absurdos, tomados del PP. El principio sapiencial era «No se puede pagar precio político alguno por la paz». Claro está, porque el precio es precisamente el arreglo del problema pendiente, los derechos inalienables del Pueblo Vasco. No se trata de un precio mercantil, sino del reconocimiento de nuestros derechos.

Hay que rehacer las cosas. No hay otro camino para todos. ETA retomando la tregua. Y el Gobierno y los partidos retomando el diálogo. Pero en serio, no como antes. Hay que volver a las andadas, pero esta vez sin trampas. Es el camino, si se hace lo que se debe, no como hasta ahora. ¿Creéis que vamos a aguantar perpetuamente en guerra, los presos pudriéndose en las mazmorras de un Estado corrupto y cruel, la represión machacándonos continuamente y los partidos como jugando a las canicas, la policía sacude que te sacude, torturando a quien pilla? No, Sr. Zapatero, no .

Pocos gobiernos habrán tenido en sus manos bazas tan valiosas como el español para arreglar de una vez unos problemas que nos atenazan a todos desde hace tiempo. La mayoría absoluta en la Cámara de los diputados estaba con él, el Parlamento Europeo, la ONU, oorganismos internacionales, la opinión pública mundial... y no se ha hecho nada. Nada han sabido hacer Zapatero y el PNV. Sólo reprimir, denigrar a la izquierda abertzale, ilegalizar y más ilegalizar. Lo que más siento es el mal clima que han creado entre nosotros, y entre los españoles. Han dicho de nosotros perrerías, nos desean las peores cosas, no nos podemos ver, odio contra la cultura y la lengua vascas. Yo, como tantos, me siento extranjero en la propia casa, ni puedo votar como quiero. Antagonizar y enfrentar pueblos es lo peor que cualquier política o prensa pueda hacer. Ha habido multitud de tertulias que han sido y son la vergüenza de todos, algunas de la misma Iglesia, las peores, los obispos no han sabido ni detectar los problemas en su propio núcleo. Sólo han dicho trivialidades y apoyar al más fuerte.

Rehágase lo que todos hemos roto con nuestras propias manos. Rehágase un diálogo y un proceso que de verdad nunca comenzó. Todos los que lo han denostado y se han opuesto a él, obispos incluidos, hagan la penitencia debida.

Y para terminar, con humildad, por amor a mi pueblo vasco, unas recomendaciones, para muchos picantes, pero que están hechas con respeto y cariño:

Batasuna y ANV, los dos partidos reprimidos, ilegalizados al menos en sus listas electorales, deben pedir a ETA con contundencia y con convicción que se disuelva como organización armada. Su tiempo ha terminado. Nada ha sido inútil. Estamos donde estamos por la acción de todos, por dolorosa que haya sido. Hoy está formulado con nitidez el fondo del llamado problema vasco. Su propio destino, el Pueblo vasco como sujeto político de sus derechos, la territorialidad como ámbito definido de su obrar y de su vida política.

Que ETA se constituya como partido político no convencional, para realizar un trabajo que todos necesitamos, crear para la izquierda abertzale un cuerpo de pensamiento político que buena falta nos hace.

El PNV, que vuelva a su esencia abertzale y no tienda a confluir siempre con los intereses del Estado español, que nos son ajenos a nuestro destino, idiosincrasia e intereses progresistas como pueblo.

El Gobierno español del PSOE ha fracasadoen su política hacia el País Vasco. Debe reconocernos como soberanos , debe devolver los presos a su tierra, no debe seguir reprimiendo y torturando a tanto vasco.

Al PP, que se instale de una vez en los parámetros de una democracia moderna, y no en un imperialismo catolicón y españolista duros de cruzada.

A los españoles todos, que den de lado de una vez el espíritu españolista del que están imbuidos, que se retracten de su sangrienta historia de represión, que dejen al Reino Vasco ser lo que fue, libre y amigo de sus vecinos.

Estas son mis discretas sugerencias hechas con la mejor voluntad, y el deseo vehemente de libertad y de paz para todos.

Mientras tanto, los partidos andan jugueteando en el reparto de sus prebendas, después de unas elecciones fraudulentas que todos agradecen tan satisfechos. Esta es la democracia falaz en que estamos inmersos. El PSOE juega tanto que a lo mejor esta es la última vez en que lo pueda hacer. Se disolverá como una azucarillo en el agua. Sin duda, se lo habrá merecido.

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