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De distinta extracción social

«Ladrones»

Juan José Ballesta y María Valverde forman una joven pareja con gancho en «Ladrones», la película del debutante Jaime Marqués Olarreaga que ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Málaga.

M. I. | DONOSTIA

«Ladrones» cuenta como principal baza comercial con su joven pareja estelar, que supone el encuentro entre un actor y una actriz en plena ascensión. Ambos cuentan con el favor del público, incluso empiezan a ganar premios en festivales internacionales, y esta puede ser la oportunidad para que la crítica también se rinda ante ellos. María Valverde es todo atrevimiento, aunque esta vez le toca asumir una personalidad impulsiva pero a la que se plantean dudas respecto a su futuro. Por su parte, el resultón Juan José Ballesta da un paso más para dejar definitivamente su prototípico papel de chico de barrio, habida cuenta de su temprana consagración gracias a «El Bola», película que ha marcado sus inicios. El tiempo juega a su favor, porque a medida que se va haciendo mayor también maduran sus interpretaciones, haciendo que su carrera siga un desarrollo natural.

Una película no puede funcionar sólo por el gancho de los protagonistas, así que algo más tendrá «Ladrones» cuando se hizo merecedora al Premio Especial del Jurado en el Festival de Málaga. Todas las críticas publicadas entonces manifestaban su sorpresa ante la seguridad que mostraba tras la cámara el debutante Jaime Marqués Olarreaga, quien debido a su juventud no conocía el clásico de visión obligada «Pickpocket», que se lo descubrió el productor de la película, Antonio Pérez. Esa influyente obra de Robert Bresson elevó a la categoría de arte el carterismo, oficio delictivo para el que se necesita una conjunción de movimientos manuales especialmente armoniosos, guiados por la concentración que da el silencio. La observación de cada uno de esos gestos en detalle se extiende aquí al trabajo de estos jóvenes ladrones, herederos de la tradición de aquellos viejos maestros del robo. En consecuencia, «Ladrones» tiende a primar el empleo del recurso visual sobre el de la palabra, gracias a una muy elaborada fotografía de David Azcano que cuida los primeros planos en base a un expresivo juego de miradas.

Él es un verdadero ladrón que aprendió el oficio de su madre, una mujer que le abandonó y le dejó como único legado esa tendencia a quedarse con lo ajeno. Criado en un orfanato, una vez en la calle no tiene otra opción que ganarse la vida haciendo lo único que sabe: robar carteras. Ella, en cambio, es una niña de buena familia que no necesita robar para vivir y que si lo hace es por pura diversión o rebeldía. Se conocen cuando la chica intenta sustraer un disco en una tienda, demostrando una torpeza que conmueve al precoz profesional. Decide enseñarle los trucos que se necesitan para actuar sin dejar pistas ni ser descubierto, a la vez que le propone formar pareja delictiva y repartirse los beneficios. Es un argumento que conduce directamente a la historia de amor, en cuanto a la chica se le plantea el dilema de renunciar a su status social a cambio de la aventura y el riesgo representado por su compañero de fechorías, aunque en principio Marqués Olarreaga quería darle un tono terrorífico después desestimado.

Estreno

Dirección: Jaime Marqués Olarreaga.

Guión: Jaime Marqués Olarreaga, Juan Ibáñez y Enrique López Lavigne.

Intérpretes: Juan José Ballesta, María Valverde, Patrick Bauchau, María Ballesteros, Carlos Kaniowsky.

País: Estado español, 2007.

Duración: 100 minutos.

Género: Drama romántico.

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