Quienes se diviertan con las aventuras del ogro verde sepan que ya están en preparación la cuarta y quinta entregas, así como un musical para los escenarios y los correspondientes spin offs, que son las películas protagonizadas por personajes secundarios de la saga y que comenzarán con El Gato con Botas y su doblador fijo, Antonio Banderas.

Esta franquicia es la auténtica gallina de los huevos de oro de la animación, por más que los analistas no acierten a comprender qué es lo que ha visto el gran público en una serie cuya escasa imaginación ya se agotó en la primera entrega. Pero es sabido que hay consumidores a los que no les gusta cambiar de marca y quieren siempre la misma, rechazando cualquier otra. No es una cuestión de calidad, puesto que cualquiera de las creaciones de Pixar se encuentra a años luz de lo que vende DreamWorks. Se trata, en definitiv,a de que Shrek hace gracia y de que el patrón Jeffrey Katzenberg ha encontrado una fórmula consistente en alterar el sentido de los cuentos tradicionales dentro de una cierta incorrección aparente, que de repente todas las compañías de animación, salvo Disney, se empeñan en imitar. El invento funciona al conseguir divertir por igual a los niños y a sus acompañantes adultos, quienes además necesitan refrescar su memoria cada vez que se estrena una nueva cita con su «dibu» favorito, porque sus contenidos son de los que se olvidan nada más salir del cine, al igual que las pegadizas canciones de usar y tirar que jalonan la banda sonora. Ninguna de las películas del ogro verde, pretéritas y futuras, sobrevivirán al paso del tiempo debido a su naturaleza coyuntural plegada a las modas y gustos pasajeros del mercado cinematográfico. Tampoco lo hará «Shrek Tercero», que se limita a acumular más personajes por el mismo precio, hasta un total de 23 sacados de los cuentos más famosos.