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CRÓNICA estudiarán en Deusto

La universidad abre por primera vez sus puertas a dos alumnas gitanas

Noemi y Baby son dos jóvenes que, tras haber superado las pruebas de selectividad con notas más que satisfactorias, estudiarán en la Universidad de Deusto el próximo curso. Sería una historia bastante corriente para un par de adolescentes vascas, si no fuera porque ambas son gitanas. las primeras que pisarán un campus en Euskal Herria.

Iñaki Amaya era ayer un aitite orgulloso, emocionado. El rostro de su nieta Noemi brillaba con luz propia en el Auditorio de una de las instituciones educativas con mayor prestigio en el mundo, la Universidad de Deusto. La misma en la que estudiará la carrera de Derecho el próximo curso.

Noemi tendrá el honor de ser, junto a su compañera Baby García Vigier, una pionera entre los suyos: la primera alumna gitana que se matricula en una universidad vasca. Y con unas excelentes notas, porque nadie le ha regalado nada de nada.

El de ayer era el penúltimo capítulo de una historia feliz. Se acercaban las once en el reloj y el primer día del verano se colaba entre los pórticos de los patios del campus. Por los pasillos, entre el ir y venir de los habituales alumnos, decenas de niños y jóvenes gitanos buscan al Auditorio. Y lo encuentran.

Presidiendo la mesa está el Tío Manuel. Sobre su cabeza, la más respetada de la organización gitana vasca Kale Dor Kayiko, una leyenda en Latín -«Sapientia melior auro», (La sabiduría es mejor que el oro)- resume 120 años de historia académica en Deusto y concentra el espíritu del acto que está a punto de empezar.

Premios, nervios y sonrisas

A pesar de que en los sillones son mayoría los más pequeños y bulliciosos de cada familia, el auditorio guarda un respetuoso silencio cuando da inicio la VIII Entrega de Premios Kale Dor Kayiko a los alumnos gitanos más destacados del curso que acaba de finalizar.

Como si de los Oscar se tratara, todo está dispuesto según un cuidado protocolo en el que cada uno desempeña el papel que le corresponde. Organizadores, patrocinadores, representantes institucionales, profesores y, como protagonistas, los alumnos.

Uno a uno, al oir su nombre, van bajando las escaleras del auditorio para recoger su diploma y su regalo. La mayoría se lleva, en una bolsa de regalo, el libro de cuentos «Jani y la Luna», de Soraya Motos, escritora gitana bilbaina que también asiste al emocionante acto.

Después, la foto para la posteridad. La misma que nunca se hubiera querido perder Tontxu Campos, consejero de Educación del Gobierno de Lakua, ausente ayer por la difícil situación familiar que atraviesa. Recibe un sentido y respetuoso aplauso de ánimo por parte de todos los asistentes.

Tania, Andrés, Diego, Mikel, Jennifer, Aroa, Katherina, Heidi, Zaira, Rocío, Antonio, Alex, Janire... son sólo algunos de los nombres que van sonando para orgullo de sus padres. Pero no todos han acudido a recoger su merecido premio. Para ellos, o mejor dicho, para sus padres, tiene palabras el Tío Manuel: «Todos sabemos que la campaña está siendo difícil, pero espero que el próximo año todos los padres hagan un esfuerzo para dejar por un día el mercadillo y acudir a esta cita, porque los resultados que obtendrán serán muy positivos. Sólo la educación puede llevar a los gitanos a un mundo mejor».

Un mundo al que asoma ahora Noemi Amaya. Para ella y para su compañera, Baby García Vigier -que también estudiará en Deusto-, está dedicado el último acto de la entrega de premios. Noemi habla, primero en euskara, del esfuerzo realizado y de que las dificultades, aunque no son pocas, se olvidan de repente en un día como el de ayer.

No se olvida, en su gran día y ante el micrófono, de su familia y especialmente de su aitite Iñaki. A él agradece su apoyo incondicional y el haber afrontado la difícil labor de convencer a sus padres para matricularla en un modelo euskaldun.

También tiene palabras para los profesores y trabajadores sociales, presentes en el acto y que también han recibido sus propios premios por la labor desarrollada con este colectivo estudiantil, con el que nunca sobra la paciencia.

«Oprè Rroma», éstas fueron las palabras más escuchadas en el acto celebrado ayer entre las centenarias paredes de la Universidad de Deusto. «Ánimo, gitano», un mensaje dirigido a los cerca de dos mil estudiantes gitanos de Euskal Herria, todos y cada uno sobrinos del Tío Manuel. «Si aprovecháis las oportunidades que vuestros mayores nunca tuvieron, consegui- remos dignificar la cultura gitana. Porque hoy más que nunca es posible estudiar y seguir siendo un buen gitano».

Anjel ORDOÑEZ

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