CRÓNICA | BILBAO BBK LIVE
Fito & Fitipaldis se despiden en Kobetamendi del público vasco
Las actuaciones musicales de Fito, Maceo Parker, Muchachito y los New York Dolls destacaron en la jornada del jueves en Kobetamendi.
Gotzon URIBE Crítico de música
A una jornada multitudinaria con el concierto bandera de Metallica le precedió el jueves un día en el que muchos bilbainos subieron a Kobetamendi empujados por el reclamo de lo que iba a ser el último concierto de la gira Fito en Euskal Herria.
De los cuatro días, fue el día que menos afluencia de público recibió, la asequible entrada y el reclamo de Fito no sirvieron para que el público en masa se echase al monte. Aún así, con un público en la mayoría proveniente de Bilbo y de las localidades más cercanas se percibía un ambiente cercano, de colegueo y de parranda sin agobios de multitudes para disfrute de los de casa en un día en el que el rock'n'roll fue el estilo dominante.
Abrían los getxotarras Nun, seguidos del grupo The Ellas del actor Luis Tosar, popular por su papel en la película «Los lunes al sol». El gallego mantiene a modo de entretenimiento un grupo formado por colegas de su tierra en el que tocan clásicos del rock'n'roll interpretados por mujeres. Es el caso de canciones de ABBA, Blondie, Suzzane Vega o Janis Joplin, entre otros.
Era escaso el público presente durante las primeras horas del festival, pero que fue tímidamente acercándose sobre las 19.00 de la tarde, hora en la que unos reunificados Ronaldos subían al escenario. Con Coque Malla al frente, Los Ronaldos ofrecieron un concierto rockero, tal como es el grupo, sólido por los años de experiencia que llevan a cuestas y con tablas.
Tras ellos salían Muchachito Bombo Infierno, que dieron el concierto más divertido y vacilón del festival. Todavía de día y con un público que desprendía buen rollito, el grupo no tardó en conectar y montar jolgorio que incitaba al baile. Muchachito Bombo Infierno sale de la escena mestiza del barrio barcelonés del Raval, paladín de las músicas canallas y noctámbulas, adicto a los bares y a la vida desenfadada, permanentemente festiva.
Pero no debemos olvidar que Muchachito es un hombre del extrarradio -Santa Coloma de Gramenet- y su gracejo y chulería los plasma a la perfección en su directo, convirtiendo una hora y cuarto de concierto en vacile, frescura mediterránea y punk pasado por la rumba. Un grupo con gracia que muestra en su libro de estilo las influencias de Mano Negra, Gato Perez o artistas catalanes como Oriol Tranvía o Ovidi Montllor.
Maceo Parker, elegante
Ya casi de noche se presentaba una de las actuaciones más finas y elegantes del festival. Hablamos del concierto de Maceo Parker; una joya que el buen aficionado a las músicas pequeñas y buen gusto recibió con agrado. Jazz y funk de alto nivel el que ofrecieron Maceo y su super banda a lo largo de casi dos horas. El que fuera saxofonista de James Brown dio un concierto versátil, amable, de gran profesionalidad, mostrando a un músico de oficio, media vida colgado de un saxo que le ha dado sus mejores satisfacciones y virtudes y gracias al cual ha visto pasar por delante de sus ojos a los más grandes. Un concierto que fue de menos a más.
A las once y media salía Fito con sus Fitipaldis para ofrecer su anunciado último concierto en Euskal Herria. Fue un concierto de tintes lúdicos, más frío que el del BEC pero con dosis de alegría con todo el grupo sonando de lujo, compactado y rockero. El guitarrista Carlos Raya mostró que es él quien dirige el grupo desde un sonido potente y claramente rockerizado hasta cuando hay que buscar un equilibrio a la hora de matizar las canciones.
Simpático y cercano, Fito es un artista que consigue llegar a la gente, a un público que corea con ganas las canciones y se emociona cantando estribillos como el de «Soldadito Marinero». La semana que viene le esperan los cuatro conciertos junto a Andrés Calamaro.
Concierto con olor a los 70
A la una y media de la madrugada y cerrando el festival, los New York Dolls, por primera vez en la capital vizcaina. El mítico grupo neoyorkino siempre ha sido una buena garantía, influenciado por los Stones, Bowie y T.Rex. Y, a pesar de la afonía de su cantante, los músicos ofrecieron un concierto digno con olor a los 70, cargado de versiones y con una estética y pose que ha escrito páginas enteras dentro de la historia del rock.