La formación Samoobrona decidió ayer seguir en la coalición gubernamental pese a la destitución de su líder y hasta el lunes ministro de Agricultura, Andrzej Lepper.

El primer ministro, Jaroslaw Kaczynski, destituyó a Lepper por un escándalo de corrupción y puso la pelota en el tejado de sus socios al vaticinar la posibilidad de convocar elecciones anticipadas para setiembre.

Samoobrona decidió mantener su apoyo parlamentario a la coalición y no retirar a sus otros dos ministros pero con la condición de que los tribunales presenten antes del viernes pruebas de las acusaciones que penden sobre su líder.

El PiS, de los hermanos Kaczynski, cuenta con 149 de los 460 escaños del Parlamento, con lo que precisa de los 46 de Samoobrona y los 29 de la ultraderechista Liga de las Familias Polacas (LPR).

La LPR se ha sumado a la petición de sus socios minoritarios y ha exigido información pública y pruebas claras de las acusaciones contra el ministro de Agricultura destituido.

Este último, que protagonizó otra crisis de gobierno con los Kaczynski el año pasado, ya ha anunciado que no tiene intención de recuperar la cartera.

Estrategia fagocitadora

La formación de los hermanos Kaczynski lleva meses intentando hacerse con el electorado de sus dos socios de Gobierno, en caída libre en los sondeos.

Según las últimas encuestas, el PiS se situaría en segundo lugar a escasos dos puntos del principal partido de oposición, la liberal Plataforma Cívica. Muy lejos, con un 12% de expectativas de voto, se situaría la coalición de centro-derecha LiD.

«Es un buen momento para el PiS para convocar elecciones», interpretan los analistas esta crisis de gobierno.